Las piezas almohades, de vuelta tras un año

D. Farto
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El Museo de Ciudad Real mostrará las piezas prestadas a mediados del mes de septiembre, pero ya hay una nueva petición para una tercera exposición en Madrid

Después de un año de un periplo internacional que las llevó primeramente al museo del Louvre en París y más recientemente al Museo Mohamed VI de Rabat, la veintena de piezas almohades propiedad del Museo de Ciudad Real que formaban parte de la exposición El Marruecos Medieval, un imperio de África a España, regresarán en los próximos días a sus vitrinas y a partir de mediados del mes de septiembre podrán ser apreciadas por los visitantes del edificio de la calle del Prado.

El director de la institución cultural ciudadrealeña, José Ignacio de la Torre, que mañana se dirige a Marruecos para recoger estas piezas, explicó a La Tribuna que permanecerá un par de días en Rabat y espera que el traslado de estos tesoros arqueológicos, piezas únicas halladas en Alarcos o en Calatrava la Vieja, se produzca a finales de semana.

La incorporación de estos elementos a la exposición permanente de la que forman parte, se realizará a partir del día 7 de septiembre y llevará algunos días. Sin embargo, la permanencia de este conjunto de piezas de cerámica, pasta vítrea y armas en su lugar habitual puede ser breve. De la Torre explicó que «la embajada de Marruecos en España se ha dirigido a nosotros para pedirnos un nuevo préstamo». En este caso el objetivo sería realizar una nueva exposición, con un contenido similar de explicación de los imperios almorávide, almohade y meriní que dominaron política y militarmente el norte de África y de buena parte de España en la edad media.

En principio, esta muestra se reuniría en Madrid, aunque se desconocen todavía las fechas o el lugar en el que se reuniría esta colección.

Para José Ignacio de la Torre, la participación de esta colección e una exposición de ámbito internacional «es un honor para el museo y para Ciudad Real», puesto que a través de ella los visitantes han tenido ocasión de conocer tanto la existencia de la instalación museística, como «de los propios yacimientos de Calatrava y Alarcos». Al mismo tiempo, el catálogo de la exposición, una publicación de gran calidad, también menciona específicamente el origen de estos objetos.

De todos modos, durante el periodo que ha durado el préstamo de estas obras, su espacio en las vitrinas del museo no ha estado vacío, por un lado, se mostraban en foto, y por otro unas cartelas elaboradas por este motivo explicaban su importancia y la razón de su ausencia.

La pieza más representativa de este préstamo es un ataifor recuperado en Alarcos que es uno de los objetos más destacados en la sección de Historia del museo ciudadrealeño. Las figuras que se representan en su interior, una mano abierta y dos palomas, se han utilizado en ocasiones como símbolo del conjunto de parque arqueológico de Alarcos-Calatrava. También es notable un segundo ataifor muy similar, aunque un poco más pequeño. En este caso es una pieza que estaba depositada en los almacenes.

A la misma sala dedicada a la presencia islámica en lo que hoy es la provincia de Ciudad Real regresa desde Marruecos una jarra de reflejos dorados procedente de Calatrava la Vieja. Del mismo modo, se enviaron y ahora vuelven pequeñas piezas de metal que servían de adorno a los tahalíes de los que pendían las armas de mano y que están igualmente expuestas en las vitrinas dedicadas a la cultura musulmana. En esta caso son objetos recuperados tanto en Calatrava como en Alarcos. El conjunto se completa con un muestrario piezas de armamento, puntas de flechas obtenidas entre los restos de la batalla de Alarcos y una punta de lanza de la misma procedencia, así como una segunda rescatada en el Calatrava.