La mancha, tierra rara

A. Pobes
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Las tierras raras que 'esconde' la provincia son un halo de esperanza para Europa, ya que el monopolio de extracción de estos minerales los tiene China

Torre de Juan Abad es un pueblo tranquilo, pero esa calma y sosiego se ha visto alterado en los últimos días por un proyecto minero de tierras raras. Para la mayoría de sus algo más de mil habitantes, se trata de una iniciativa desconocida, lo que ha llevado a la preocupación, el desconcierto y la incertidumbre de lo que para algunos puede entrañar importantes riesgos para la salud y el medio ambiente. Hablar hace unos meses de tierras raras en Torre de Juan Abad era hacerlo de algo extraño, pero hoy sus vecinos afrontan toda una diversidad de opiniones ante un proyecto que ha levantado «sospechas» por la falta información.

La inquietud ha surgido en torno la Plataforma Sí a la Tierra Viva, un colectivo ciudadano recién constituido debido a la falta de información que rodea al plan de Quantum Minería, empresa encargada del proyecto. La Plataforma, constituida por unas 200 personas, asegura que un manto de silencio cubre un proyecto que busca la instalación de una mina para extracción de unos elementos químicos metálicos usados en la fabricación de alta tecnología, llamados tierras raras. Elementos que se han encontrado con la oposición de los ecologistas y de la Plataforma ciudadana Sí a la Tierra Viva, creada ex profeso por esta cuestión.

El objetivo la empresa es encontrar monacita gris, uno de los principales minerales de los que se pueden extraer tierras raras y que es altamente demandado porque se emplea para fabricar elementos como discos duros de ordenador, teléfonos móviles, pantallas de televisor, vehículos híbridos, lámparas de bajo consumo y armamento y material militar. En Europa no hay ninguna mina abierta de tierras raras, la de Ciudad Real sería la primera.

El monopolio de la extracción y procesación de estos minerales está en manos de China, lo que ha provocado más de un susto con los precios para los países importadores, algo que podría cambiar pronto. Y es que el suelo de la provincia de Ciudad Real contiene estos minerales tan demandados.

Situado en pleno Campo de Montiel, la mayoría de su población se dedica a la agricultura, por lo que no es de extrañar que el proyecto de extracción se asiente principalmente sobre terrenos de cereal y  de viñedo en menor medida.

La empresa minera ha investigado en más de 7.000 hectáreas, pero los estudios han demostrado que sólo son explotables 300 hectáreas ubicadas entre los términos municipales de Torrenueva con el 87 por ciento y Torre de Juan Abad con solo el 13 por ciento.  Terrenos propiedad de unos 200 vecinos (solo uno en Torre de Juan Abad), quienes tendrán que llegar a un acuerdo con la empresa para explotar sus tierras.  

De conseguir el permiso de extracción, el proceso sería sencillo. Es como sacar  pepitas de oro a cielo abierto. En este caso de monacita, que hay que separar del resto del terreno. Para ello, se retirará el suelo vegetal y de la tierra se extraerá la monacita. Un camión será el encargado de llevar el material a la planta, donde con agua se seleccionará la monacita, mientras el resto se vuelve a mezclar  y el mismo camión lo volverá a llevar al campo. No existe tratamiento metalúrgico y no hay que emplear ningún elemento químico, sólo agua, argumentan desde la empresa. El terreno se restaurará para que se quede en las mismas condiciones que antes. Y en esa labor trabaja la Universidad de Castilla-La Mancha; en ofrecer la máxima garantía de que las tierras puedan de nuevo ser cultivables. Un método muy normal en el mundo de la minería y con el que se pretende sacar 3.000 toneladas al año.  

El proceso no convence a la plataforma, desde donde asegura que la actividad minera de las tierras raras «pondrá en riesgo el modelo agropecuario de calidad» y  conllevaría además «un infierno de ruido, polvo y contaminación lumínica» en la planta de tratamiento.  El caballo de batalla de los ciudadanos que no quieren el proyecto es es el referido al agua, un bien escaso en la zona. Apuntan que Quantum necesita una importante toma de agua anual del pantano de la Cabezuela, que abastece a 36.000 habitantes del Campo de Montiel, principalmente a Valdepeñas. La Confederación Hidrográfica del Guadiana se lo ha denegado.

 En su continúa lucha para que este tipo de proyectos no se instalen en la provincia, la plataforma ha pedido a los  ayuntamientos que retiren las concesiones mineras para tierras raras, pues el de Quantum Minería no es el único permiso de investigación de este tipo que se ha concedido en Ciudad Real. Desde 2013 en la provincia se han otorgado 8 permisos de investigación.  Y con ese objetivo, ha remitido a los consistorios una moción para su debate y aprobación plenaria para pedir a la Junta «el archivo definitivo» de las autorizaciones. De momento, el único que ha hecho pública  su postura ha sido el Ayuntamiento de Valdepeñas, cuyo alcalde Jesús Martín anunció que se personará en los expedientes relacionados con las explotaciones de tierras raras que afectan a la localidad y presentarán alegaciones.

Quantum Minería aún no ha conseguido el permiso de explotación. Para eso quedará al menos más de un año,  cuando supere varios permisos e informes medioambientales. La Junta de  Comunidades pidió «tranquilidad» a los vecinos por la alarma social que se ha producido ante el hecho de que la Mancha pueda ser el principio de una nueva era para las tierras raras si se termina poniendo en maracha el proyecto. Un halo de esperanza para Europa, pues que este tipo de minas se comiencen a explotar en zonas fuera de China podría significar que los precios de estos minerales fuesen mucho más estables.