Cuatro mujeres daimieleñas ponen voz a la desigualdad por género

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La lectura del manifiesto por el Día de la Mujer, celebrado el 8 de marzo en todo el mundo, sirvió para iniciar el acto institucional del viernes en el Teatro Ayala, en el que colaboraron el Centro de la Mujer y el Consejo Local de Mujeres. Allí, pusieron voz a la desigualdad entre hombres y mujeres y reivindicaron una igualdad «real, y no solo legal».

El alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, señaló que esto no debería entenderse «como una lucha, sino como un acuerdo». Por su parte, la concejala del área, Mari Carmen Torija, elogió la labor de las madres daimieleñas, «capaces de organizar un hogar y educar a unos hijos». La presidenta de la Asociación de Amas de Casa y Usuarios Calatrava, Mari Carmen García, también estuvo presente para agradecer la atención de las técnicos del Ayuntamientos. Cuatro daimieleñas, de nacimiento o de adopción, explicaron sus experiencias junto a un spot que resumía las actividades realizadas en los últimos meses. El broche final corrió a cargo de la cantante Laura García y el guitarrista Enrique Bustamante.

Mari Cruces contó la historia de su vida muy ligada a su familia y al papel de su hermana Valentina, una mujer discapacitada que fue a vivir con ella tras la muerte de su madre cuando sus hijos tenían entre 12 y 15 años. «Soy una mujer feliz. Pero jubilada y sin paro». Piedad, natural de Colombia, puso voz a una realidad que atraviesas muchas mujeres inmigrantes que acaban convirtiéndose en el motor económico de sus países de origen y al mismo tiempo garantizando el estado de bienestar de los países a los que llegan al desarrollar trabajos como cuidadoras, amas de casa, limpiadoras...

Rosario ejemplificó a aquellas que «no han trabajado fuera del hogar, que se dedican a cuidar de todo y de todos». Madre de once hijos, ha dedicado su vida a trabajar en casa y en el campo. Por último, Antonia, Guardia Civil, madre de cinco hijos y viuda de su primer matrimonio, sirvió de ejemplo de todas esas mujeres que han podido y pueden elegir su profesión «aun siendo eminentemente masculina».