Entrevista a Carmen Pimenta directora del Centro de la Mujer

Hilario L. Muñoz
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«Estamos consiguiendo que la mujer deje de sentirse culpable cuando es agredida y empecemos a focalizar la responsabilidad en el agresor»

Quizás porque proviene de la orientación educativa, Pimienta es una de las voces que recuerda una y otra vez que la educación es la clave para erradicar la violencia de género. Tras tres años al frente del Instituto de la Mujer en la provincia no ha perdido esa perspectiva.

Parece que la Junta de Comunidades se adelantó a lo que iba a ocurrir y se convirtió en la primera entidad pública que habló de la violación en cita, incluso antes de casos como La Manada. ¿Por qué lo hizo?

Tenemos la suerte de tener al frente del Instituto de la Mujer a una directora muy feminista que se ha rodeado de un equipo muy feminista. Estamos muy vinculadas con los problemas y con las distintas violencias. La violación en cita estaba en la calle pero no se le había puesto nombre. Fue muy importante que nosotras saliéramos en 2016 con esta campaña, que también fue pionera en Europa. En ese momento teníamos conciencia de que el problema existía y se nos ha ido ratificando a lo largo de las campañas. Muchas mujeres de todas las edades se han acercado a las carpas y han reconocido el problema de no saber cómo llamarle a esa situación que se le había presentado en su vida privada. Además se sentían culpables. Una cosa que creo que estamos consiguiendo es que la mujer deje de sentirse culpable cuando es agredida y empecemos a focalizar la responsabilidad en el agresor y no en la víctima. Cuando consigamos hacer que toda la sociedad demos ese paso habremos avanzado muchísimo.

En aquella campaña, al igual que otras, el Instituto de la Mujer fue criticada al principio y luego alabado. ¿Qué ocurre para que toda política de mujer tenga rechazo de inicio?

Es el patriarcado que está detrás, intentando que nosotras no avancemos. Lo ha hecho siempre. De hecho, al llamar ideología de género a lo que nosotros llamamos feminismo se está intentado. Hablan de ideología de género cuando género no es una ideología sino una categoría que lo que hace es explicar por qué cuando tú naces hombre o mujer se te adjudican inmediatamente unos roles, estereotipos y unas características siempre de manera desigual, haciendo que la hegemonía del hombre esté por encima de la mujer. El feminismo, trasciende incluso la ideología, al ser un movimiento social y político porque lo que intentamos es transformar la sociedad y que seamos libres.  Creo que no hay que echar por tierra lo que estamos intentando conseguir que es la igualdad desde invenciones como la ideología de género.

¿Qué hay de distinto en este 25-N después de que el feminismo tomara las calles en marzo?

Me gustaría no tener que conmemorar el 25-N pero este año en Castilla-La Mancha ha habido dos mujeres asesinadas y desde que se contabilizan son 44. Lo que pediríamos desde el feminismo, como decía el otro día el presidente García-Page, es que los gobiernos se toma en serio las políticas de erradicación de la violencia de género, que se empleen los recursos que se tengan que emplear y que no tengamos que celebrar un día como este sino dejarlo en el recuerdo y que sea un día conmemorativo de algo que pasaba pero que ya no pasa. Mientras tengamos que hablar de mujeres asesinadas tenemos que seguir trabajando muy duro, no podemos decir que hemos llegado a ninguna parte.

¿Cómo están los recursos?

Nosotros estamos medianamente satisfechas. Empezamos en el 2016 mejorando las casas de acogida porque había situaciones de falta de reconocimiento de algunos profesionales, como la figura del educador o la coordinación, que es un trabajo muy sacrificado. Después hemos seguido mejorando los equipos informáticos, la formación continua y este año hemos podido conseguir una cosa que teníamos muy clara que era mejorar los horarios. Estaban a 32 horas y con el dinero que nos ha venido del Pacto de Estado hemos podido llegar a 35, incluso hemos podido introducir otras mejoras como dotar de más dinero para funcionamiento de los centros, la subvención para darle un plus a la figura del coordinador o coordinadora del centro de la mujer, también hemos hecho una nueva dotación para actividades en el ámbito local que promocionen la igualdad entre hombres y mujeres. Como novedad hay una figura que va a surgir de esta nueva convocatoria que es la trabajadora o trabajador social rural. Vamos a ampliar la plantilla en aquellos centros de la mujer cuya demarcación sea menor a 10.000 habitantes y que tenga otras localidades, para que esa persona pueda trabajar y llevar de primera mano y de manera cercana y fluida todos los recursos y ponerlas a disposición de la mujer en las zonas rurales.

Eso no cambia en esta legislatura, ¿siguen las diferencias entre la ciudad y el mundo rural?

Sigue habiendo diferencias porque en las zonas rurales tenemos mayor vulnerabilidad. Está la laboral y luego también parece que están más arraigados los estereotipos, aunque es verdad que mujeres rurales somos muchas, muy diversas, de muchas clases y de muchas generaciones, por lo no se puede hablar de la mujer rural como un ente único.  Nosotros seguimos haciendo las políticas para todas las mujeres pero queremos hacer mucho hincapié en la mujer rural en nuestro nuevo plan estratégico del 2019 al 2024. Se trabajan todos los ejes de manera transversal pero para la mujer rural hay un eje dedicado a ella para afianzar de manera especial.

¿Qué han supuesto tres años de transversalidad en la Junta?

Está claro que la transversalidad se ha visto en todo, en educación en deporte, en cultura pero también en empleo. Nuestras estrategias para empoderar a las mujeres principalmente son dos: el empoderamiento de las mujeres y la transversalidad. Para ese empoderamiento hay que buscar la autonomía económica y esa autonomía se ha hecho a través de la transversalidad con planes de empleo, que ya no son oportunidades solo para que trabajen los hombres sino oportunidades para que trabajen los hombres y las mujeres. Igual en la titularidad compartida en la agricultura, ya que en las peticiones de renovación en agricultura una de cada tres peticiones han sido mujeres. Creo que ahí sí que se está viendo y ya se está palpando.

¿Cómo se pone en práctica la nueva ley de violencia sin un presupuesto que la respalde, de momento?

La mayoría de las líneas de actuación de la ley se están realizando. Por ejemplo se habla de una de una asignatura en educación y este es el segundo año de pilotaje. Otras medidas que aparecen son las campañas de concienciación y sensibilización y eso está ya en marcha y dotado desde 2016. Los centros de mujeres y recursos de acogida también están recogidos en la ley integral y la atención de hijos e hijas, están recogidos en la ley y presupuestados. Gran parte de las cosas que se recogen en la ley ya tienen su partida.

¿Qué implica incluir la trata dentro de esta ley?

Lo que dice la ley es que la trata se recoge como manifestación de violencia. Es una forma de adherirnos al Convenio de Estambul y nosotros en nuestra legislación no la teníamos recogida como manifestación de la violencia, al igual que la explotación sexual, la mutilación genital femenina o la violencia que se ejerce a las chicas en agresiones sexuales. Todo eso son manifestaciones de violencia y la ley lo que ha hecho es recogerlas. También que las víctimas no solo somos las mujeres sino los hijos y las hijas, que desde el convenio de Estambul estaban recogidas.  

¿Más allá de sensibilizar cómo se erradica la trata o la prostitución?

Nosotros desde el instituto de la mujer llegamos donde llegamos y nuestra labor es denunciar la trata y recogerla como manifestación de violencia, pero las políticas para erradicar la trata en el mundo excede nuestras posibilidades. Estamos en disposición de seguir sensibilizando y de proteger a las víctimas, ya que ahora al ser víctimas de violencia entran dentro de nuestra competencia.

Hay asignaturas de igualdad, ciclos, planes... ¿Los jóvenes son cada vez más machistas?

Eso decimos que son cada vez más machistas. Tenemos ahora estos elementos pero hemos estado muchos años mirando hacia otro lado y creo que esto es una responsabilidad de todos y de todas. Hemos abandonado a su suerte un tema como es la educación sexual donde creo que podríamos haber estado más atentos con los jóvenes y haber puesto todo el acerbo cultural y social y darles a conocer lo que es la sexualidad, respetar las de las demás, comunicar y mostrar afectos. Yo por lo que he podido observar cuando hacemos talleres en institutos y colegios de primaria, los chicos aprenden por las nuevas tecnologías y están en ocasiones expuestos a unos modelos muy erróneos de educación sexual y eso algo tiene que ver con el comportamiento machista. Lo que yo he aprendido viendo luego lo integro. Creo que esta asignatura llega tarde y debería ser un objetivo de la sociedad el educar a los jóvenes en la sexualidad porque es una parte importante del ser humano.

¿Es sobre el porno, entonces, la próxima campaña del instituto de la mujer?

El porno se trabaja con los chicos que se puede trabajar. Creo que lo que hay que hacer es hacerles reflexionar, que tengan pensamiento crítico y que cada uno pueda decidir libremente cómo quiere vivir su sexualidad sin tener que ir contra la dignidad de nadie.