Los inspectores de Consumo del Ayuntamiento de Ciudad Real realizaron durante la pasada Feria y fiestas un centenar de revisiones en otros tantos establecimientos hosteleros, chiringuitos y puestos instalados en el recinto ferial de la Avenida Descubrimiento de América y levantaron acta de infracción en treinta de ellos, con el agravante de que estas actas se redactaron tras una segunda visita de los inspectores, es decir, que los titulares hicieron caso omiso a la petición de que subsanaran las irregularidades detectadas en una inspección anterior.
Según ha explicado a La Tribuna la concejala de Sostenibilidad, Rosario Roncero, con la apertura de estas actas de inspección se inicia un expediente que, una vez completado con diferentes informes, puede acabar en la imposición de una sanción económica.
Prevenir los riesgos para la salud derivados de una inadecuada manipulación de alimentos y evitar que se vendan bebidas alcohólicas a menores son los «objetivos principales» que se persiguen con las inspecciones, remarcó la también teniente de alcalde.
Roncero explicó que durante la semana grande de Ciudad Real se ha hecho una intensa labor de control e inspección de alimentación en el baile de vermú y en las casetas, chiringuitos, puestos y quioscos del recinto ferial a fin de comprobar si cumplían las condiciones higiénico-sanitarias exigidas como son, por ejemplo, mantener las temperaturas adecuadas de los productos alimenticios, verificando que estuvieran bien guardados y en perfecto funcionamiento las cámaras frigoríficas durante todo el día y la noche. Del mismo modo, se ha comprobado que los trabajadores que manipulan alimentos respetaran las prácticas de higiene adecuadas y que las casetas o chiringuitos, material y utillaje estuvieran limpios y en buen estado. Se trata de «garantizar la calidad y la salubridad de los alimentos que se van a consumir y evitar riesgos para la salud», apuntó Rosario Roncero quien recalcó que se han inspeccionado los chiringuitos, las casetas, hamburgueserías, churrerías, los puestos de berenjenas, turrones, golosinas y «hasta las máquinas expendedoras de refrescos que están a disposición de los menores por si había algún bote de cerveza y también las casetas de tiro, porque, a veces, el premio son botellitas de bebidas alcohólicas».
Los inspectores han estado «muy vigilantes» para evitar la venta de alcohol a los menores, comprobando que en todos los puestos estuvieran bien visibles los carteles que lo prohíbe.
primer aviso. Las lista de precios, las hojas de reclamaciones o los tiques de pago han estado también en el punto de mira de los inspectores de Consumo del Ayuntamiento de Ciudad Real, que han recorrido todos los días el recinto ferial para comprobar que todo estuviera en orden.
Los feriantes están acostumbrado a las visitas de los inspectores y lo ven como algo habitual, como también los dueños de las casetas y barras de la carpa del baile del vermú. Así que no habido incidentes y la mayoría ha respetado las normativa. Según han explicado a este periódico, las dos inspectoras del área municipal de Consumo han levantado acta tras un primer aviso, es decir se les advertía de la irregularidad detectada para que la corrigieran y se volvía al día siguiente con el fin de comprobarlo. Si no se había subsanado, se levanta acta. No obstante, según Roncero, generalmente al día siguiente todo estaba en orden. «La actitud de los responsables de los establecimientos hosteleros, casetas y puestos ha sido positiva y cuando se les ha dicho que faltaba por ejemplo la hoja de reclamaciones, al día siguiente estaba colocada».
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