Hace poco más de dos meses su coche se salía de la carretera. Un fatal accidente que le arrebataba al fútbol provincial a uno de sus hijos más queridos, Miguel Ángel Moreno, con sólo 44 años. Ayer, todavía con un tremendo dolor interior, la familia del fallecido era consolada por los cientos de compañeros y amigos que el exfutbolista dejó, tanto en Tomelloso como por muchos rincones de Ciudad Real y de Castilla-La Mancha, a lo largo de su dilatada carrera. Una emocionante jornada a la que se sumó el presidente de la Federación regional de Fútbol, Antonio Escribano, y el mejor representante del fútbol ciudadrealeño en la actualidad, el Yugo Socuéllamos.
Después de un partido de veteranos, en el que se enfrentaron un combinado formado por exfutbolistas locales y otro por foráneos, en el que todos demostraron que la calidad es algo que no se pierde con los años, llegaba el momento más sentido, con la entrega a los familiares de diversos recuerdos en forma de placas, camisetas o ramos de flores.

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