García-Teresa defiende la poesía como una acción de rebeldía

D.F.
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El poeta madrileño intervino en el Aula de Poesía de la Facultad de Letras, donde realizó un recital marcado por el tono reinvidicativo de sus composiciones frente a la 'lectura apacible'

El poeta madrileño Alberto García Teresa compartió ayer sus versos con los asistentes al Aula de Poesía de la Facultad de Letras, donde un hizo el recitado de sus poemas de corte social y reivindicativo como una demostración de otras formas de expresión y de cambio.

En declaraciones ante los medios de comunicación, el también integrante del a asamblea coordinadora del a revista Caja de Resistencia y editor, subrayó que su poesía «se opone a la percepción del mundo que nos vende este sistema», lo que encarna un cambio «político y estético».

De este modo, animó a cuestionarse desde la construcción del lenguaje, a los símbolos o «los discursos que tenemos aprendidos» y advirtió: «Me gusta la poesía que busca cortocircuitar, de alguna manera, la forma», indicó.

En relación con la percepción de la poesía por el público, el autor de A pesar del muro, la hiedra (Huerga & Fierro 2017) su poemario más reciente, comentó que los lectores en general «estamos acostumbrados a una lectura pasiva, una lectura apacible», pero en su caso apuesta por un tono muy distinto. «Creo que la poesía tiene un potencial importante poner en cuestión las cosas, para hacer chirriar y creo en la poesía crítica y con un planteamiento antagonista y altamente disidente contra el capitalismo, el patriarcado, los etnocidios...», que a su juicio «funciona muy bien en los recitales».

En esta línea, comentó su interés en «lanzarle preguntas al lector o la lectora para que sean ellos los que se interroguen sobre el mundo».

García-Teresa defendió la capacidad de la poesía para provocar que las personas se cuestionen la realidad, «precisamente porque es un formato pequeñito y autónomo que se puede llevar encima de uno, no es como una novela o una obra de teatro que necesita más aparataje».

A pesar de su identificación con la poesía social, Alberto García-Teresa defendió también su pluralidad al compararla con una navaja suiza llena de utilidades que hay que ir descubriendo poco a poco y alertó contra quienes intenta limitar su uso o contenerlo en un único sentido.