Los hijos o la historia

Javier M. Faya (spc)
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Jordi Pujol, expresidente de Cataluña y puede que el séptimo hombre más rico de España si Hacienda lo confirma, no tiene nada claro si declarará el próximo martes en el 'Parlament'

Los hijos o la historia

«Yo ya no lucho para sobrevivir, lucho para sobrevivirme». Tan enigmática frase solo puede provenir de los labios de una persona notable que ya en el ocaso de su vida solo puede pensar en lo que dirán de él los libros de Historia. No se trata de un deportista que haya conquistado cinco Tours o un Mundial. Tampoco de un físico con Nobel, o de una actriz con dos Oscar o un militar capaz de ganar batallas perdidas... No, entre otras cosas, porque en todos esos casos, todos esos hombres y mujeres entraron en la posteridad por un hecho o hechos concretos... Pero, ¿y los políticos? ¿Y si tienen 84 años y se destapan sus trapos sucios fiscales?

Ese pensamiento, compartido con gente de su círculo desde hace meses, es lo que atormenta a un hombre que, durante 23 años, lideró la región posiblemente más próspera de España, peleando antes, en tiempos de la Dictadura por la democracia con el precio de la cárcel, consiguiendo un nivel de autonomía nunca soñado en su Cataluña, y que el próximo martes puede que se someta al escarnio público en el Parlament, pues la oposición al completo -incluso la que gobierna en la sombra, ERC- pedirá que dé explicaciones sobre sus pecados fiscales, los que una tarde de verano, ante la sorpresa mayúscula de todos -Artur Mas no porque fue avisado por su mentor horas antes-, concretamente el pasado 25 de julio, reconoció en un comunicado enviado a varios medios haber ocultado a la Hacienda Pública durante 34 años «un dinero ubicado en el extranjero», según sus afirmaciones procedente de su padre Florenci Pujol.

En esa nota, que dejó conmocionado a todo el país comenzando por su hermana María -a ella también le adelantó el bombazo horas antes-, el que fuera líder de CiU durante cuatro décadas lamentaba no haber encontrado nunca el «momento adecuado» para la regularización de esas cantidades y pedía perdón a la opinión pública. Según varios periódicos, se trataría de en torno a cuatro millones de euros, pero todos sabían que era más lo defraudado, muchísimo más, por lo que esa cantidad de dinero solo podía invitar a la risa pues era pura calderilla.

Lo cierto es que la sombra de la corrupción perseguía a todo el clan desde hacía años. Sus siete hijos, cinco varones y dos mujeres, de alguna manera u otra, se han aprovechado de la posición de papá, ya fuese con ayudas, subvenciones, viajes oficiales como empotrados o, simplemente, con bolsas de deportes llenas billetes de 500 euros -especie en peligro de extinción-, como denunció María Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol jr., que fue la que abrió un 20 de julio de 2010, sin saberlo -por un florero con micro en un restaurante en el que comió con la popular Alicia Sánchez-Camacho-, la caja de los truenos destapando presuntas fechorías de éste y sus capacidades amatorias.  

Ferraris. Los números del sultán de Barcelona, como le conocían algunos, asustaban:32 millones de euros evadidos, 13 países receptores, 118 operaciones efectuadas. Y todo en ocho años. Y eso sin contar algunos de sus veintitantos coches: Lamborghini Miura -y Diablo-, Mercedes MCLaren SLR, Ferrari F40 -y 328 GTS, 348 y Testarossa-, Porsche 906, Lotus Elan... Pero igual todo esto es calderilla también porque se especula con que puede ser muchísimo más su peculio. De hecho, esta semana saltó a la luz que se había beneficiado en México con el lucrativo negocio de la basura, asesorando en cinco ciudades. Y en Cataluña... El fisco tiene casi probado que una de sus empresas, Active Traslation, se llevó por no hacer nada dos millones de euros en una planta de residuos en Tarragona en 2002, justo un año antes de que su padre, el de las mordidas del 3 por ciento, dejara el poder.

El próximo 15 de septiembre, tanto él como su mujer, Mercé Gironés, tendrán que contarle muchas cosas al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, azote de la Gürtel, que ha visto cómo todo un país, Andorra, le obstaculiza. El interrogatorio se presume maratoniano porque, cada día que pasa, se sabe algo nuevo. Hace días, que este conseguidor tipo Juan Lanzas en los ERE andaluces logró  ampliar obras en una refinería, o que una de sus firmas ganó 4,2 millones de euros sin facturar un céntimo...    Con todo lo que se le viene encima, y con la presión de sus abogados para que no declare y de CiU para que lo haga, este médico que inventó la pomada Neobatricín y que estuvo en la cárcel dos años y medio, seguro que cambiaría su fortuna -Hacienda cree que es el séptimo hombre más rico de España con 1.800 millones de euros- por cambiar la Historia o por proteger a sus hijos. O no.