Con apenas cinco años empezó a tomar clases de cante flamenco. ¿Fue un impulso suyo o más el empeño de sus padres?

Desde pequeña me gustaba cantar y bailar. Fueron unas pinceladas fundamentales para lo que luego considero que es el inicio de mi carrera, por así decirlo, que es cuando con 11 años empiezo a cantar.

A esa edad llegó a Roquetas de Mar y comienzó a cantar por la zona del puerto, siendo conocida como 'la Niña del Puerto'. ¿Qué queda hoy de esa niña en India?

Esa historia es curiosa, porque cuando comienzo a cantar en los bares del puerto, lo hago por voluntad propia, sin ser contratada ni nada de eso. Creo que, aunque no lo parezca, sigue quedando mucho de esa niña. Tengo la misma pasión, las mismas ganas, la misma dedicación por la música.

Con 17 años firma usted su primer contrato discográfico. ¿Le dio vértigo enfrentarse al mundo de la música?

Tenía bastante claro que quería dedicarme al mundo de la música. Sin embargo, a esa edad es muy difícil imaginarte dedicándote a ello en el futuro. La responsabilidad y la madurez te llegan con los años, en esos momentos te quieres comer el mundo, quieres mostrar lo que sabes hacer y te embarcas en la aventura. La verdad es que no me dio ningún vértigo, tenía el apoyo de mi familia y eso hizo que todo el proceso fuese más bonito.

En esa etapa adopta el nombre de India, ¿por qué?

Hasta ese momento seguía siendo 'la Niña del Puerto', pero mi primer manager me bautizó con el nombre de India. ¿La razón? Me lo propuso por ser exótico, también por mis rasgos faciales... A mi me gustó y es mi nombre artístico desde ese momento.

¿Qué supuso editar su primer disco?

Era un paso más, un comienzo para mí. Fue un buen disco, del que guardo grandes recuerdos, en el que quise grabar temas de distintos colores, como si el trabajo fuese un abanico de diversas opciones. No quería encerrarme en ningún estilo, por lo que dejé un poco el flamenco clásico que venía haciendo y me metí en canciones más modernas, de mi generación, aunque siempre haya ido de la mano del flamenco.

Si en 'Azulejos de Lunares' se nota más el aire flamenco, su siguiente trabajo, 'Despertar', tira por caminos más internacionales, más étnicos. ¿A qué se debió este cambio de estilo?

Verdaderamente es un cambio de producción, no un cambio de mi estilo, yo sigo cantando igual. Sí es cierto que con el paso de los años entre ambos discos me rodee de otro equipo de trabajo. Comenzó un proceso de búsqueda que aplicamos a la hora de componer, a la hora de investigar otro tipo de música. Empiezo a introducir más elementos étnicos que me gustan, pero se quedó a medias. Este disco está pensando más como un experimento, aunque es cierto que algunas de mis canciones empezaron a sonar, recibí un poquito de promoción e incluso me llevó a los Grammy latinos, pero no terminó de romper, no llegó a ser un trabajo al cien por ciento mío.

En ese proceso de crecimiento como artista, ¿cómo cambia a la hora de trabajar, de componer?

En mi primer disco comencé a componer alguna canción, pero cuando llega el cambio definitivo es a partir del tercero. Y, bueno, ya en el quinto estoy absolutamente implicada en el proceso de creación de canciones. Considero que es importante dale mi propio sonido a lo que hago, y si tengo gustos y quiero reflejar esa música que me transmite, tiene que ser de esta manera, participando en la composición.

Con 'Trece Verdades' viene su 'Vencer al Amor', que se convirtió en el primer gran éxito. ¿Esperaba una aceptación así?

¡No, hombre! (risas), esas cosas no se esperan. Luchas y trabajas mucho para conseguir el reconocimiento a tu trabajo, pero aquello fue una auténtica sorpresa. Tú sabes que cuando te dedicas a algo a lo que le pones todo tu alma y tu dedicación, es más fácil hacer disfrutar a la gente con tu trabajo. De eso si eres consciente, pero no imaginas como es triunfar, sólo lo sueñas hasta que te ocurre.

Luego vino 'Otras Verdades', sorprendiendo a todos. ¿Por qué un disco de versiones?

Nació espontáneamente. Viajé por muchos países, con otras colaboraciones, y siempre que cantaba una canción la adaptaba mucho a mi estilo, tanto que terminaba pareciendo más mía que de su artista. Es por esto que surgió la idea de hacer un disco de versiones, cantando aquellas que tuvieran mensaje, que me parecieran más bonitas o que supusieran un reto para mí.

Llega a Ciudad Real con su último trabajo, 'Camino de la Buena Suerte', donde se acerca más que nunca al estilo pop. ¿Significa esto un adiós a su anterior estilo flamenco, o es que para triunfar ante el público mayoritario hay que dejarlo de lado?

Yo no lo hago por triunfar o no, es más, el flamenco nunca lo dejo de lado, sólo hace falta verme en los conciertos. Sí es cierto que en este último disco me alejo un poco, pero siempre dejo alguna alegría, 'toná', una rumba, etc. Hay discos que son más flamencos y otros menos, depende del momento. En este último descubro otras cosas y me dejo llevar por eso.