«Elegí Ciudad Real sin pensarlo ni un minuto y ha sido la mejor decisión política que he tomado»

Pilar Muñoz
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Jaime Lobo Asenjo - Exsubdelegado del Gobierno (2000-2003) y exdelegado del Gobierno en CLM (2003-2004)

Jaime Lobo. - Foto: ICAL/PEIO GARCÍA

La amabilidad sigue siendo su seña de identidad. Lo pudimos comprobar cuando fue subdelegado del Gobierno en Ciudad Real y lo reiteramos hoy, vistas las facilidades que ha dado para entrevistarle. Jaime Lobo (León, 1936) fue el último subdelegado nombrado con el criterio de los antiguos gobernadores civiles, esto es, de fuera de la provincia, y, en los casi cuatro años que estuvo entre nosotros, supo estar en su sitio, trató a todos con educación y asumió responsabilidades por hechos o comportamientos que a veces no le correspondían. Fue atleta en sus años mozos, una afición que sin duda le enseñó que la política, como la vida, es una carrera de resistencia en la que los mejores resultados se obtienen más con el tesón callado y continuado que con alardes fútiles.

Jaime Lobo Asenjo nació en Valladolid, el 24 de julio de 1936. Califica de «muy revueltos» los primeros años de su vida, ya que, por razones profesionales de su padre, los pasó entre Palencia y Valladolid hasta que en 1944 se trasladaron a León, «donde se fija de una manera definitiva nuestra residencia», rememora con una sonrisa para, a renglón seguido, retrotraerse a su infancia y evocar sus años en el parvulario de las monjas de Villandrando en Palencia y más tarde en Valladolid, donde hizo lo que entonces se llamaba «ingreso». Ya en León, comenzó los estudios de Bachillerato en el Colegio de los Padres Agustinos y cuando estaba en tercer curso «emigre a la enseñanza pública, al Instituto Padre Isla». De este centro, «guardo los mejores recuerdos de mi primera juventud», asegura.

Jaime Lobo finalizó los estudios de Bachillerato, por cuestiones deportivas, en los Hermanos Maristas, ya que estos «me ficharon para formar parte de su equipo de atletismo, deporte del que soy una figurilla local y así poder participar en los Juegos Escolares Nacionales», revive divertido.

Tras acabar el bachillerato ingresó en la Universidad de Oviedo donde obtuvo la licenciatura de Derecho y «conocí a la que hoy es mi mujer», con la que ha tenido cuatro hijos. Paralelamente, entró en la Administración como funcionario del Cuerpo Superior, primero en la estatal y luego en el de la Comunidad Autónoma de Castilla y León.

La trayectoria política de Jaime Lobo arranca con la transición, en la que «en el marco de la Ley de Asociaciones Políticas entre a formar parte de un proyecto llamado Unión del Pueblo Español, liderado por Cruz Martínez Esteruelas, y ante la convocatoria de las primeras elecciones generales nos coaligamos o integramos con otros pequeños grupos en lo que había de ser Alianza Popular, fundada y liderada por Manuel Fraga», cuenta.

Los resultados electorales obtenidos por AP en 1977 y por su heredera, Coalición Democrática, en 1979, no fueron los apetecidos. No sería hasta las elecciones de 1982 en las que Alianza Popular empezó a ser el partido que había de aglutinar el voto de centro-derecha y Jaime Lobo no era precisamente de los recién rescatados del naufragio de la UCD. Él era de los que estaban en el partido que lideraba Fraga desde el principio y de los que, a partir de 1983, ocupó cargos de relevancia.

Así, fue candidato a la Alcaldía de León encabezando la lista de Alianza Popular y portavoz del grupo de su partido en el Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación leonesa, de la que llegaría a ser vicepresidente. En 1987 fue elegido procurador en las Cortes de Castilla y León y entre 1989 y 2000 fue representante de su partido en la Cámara Alta.

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