La provincia perderá 43.500 habitantes más hasta el año 2033

Roberto Chávarri
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La proyección del INE de cara a los próximos 15 años sitúa la población de la provincia en poco más de 455.000 habitantes, de los que más de 127.500 serán mayores de 65 años

El Instituto Nacional de Estadística (INE) actualizó ayer sus previsiones de cómo cree que será España, demográficamente hablando, de aquí a 2033. Un periodo de 15 años en el que la provincia de Ciudad Real mantendrá su cuesta abajo poblacional y que se traducirá en la pérdida de casi 43.500 habitantes en los próximos tres lustros. El INE explica que estas proyecciones de población muestran la evolución que seguiría la población de España en el caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales. «No constituyen una predicción, en el sentido de que no tienen como objetivo determinar cuál es la evolución más probable», aunque eso no impide situar a Ciudad Real como una de las provincias de España en las que esas proyecciones son peores: en porcentaje, sería la séptima que más población perdería y en cifras absolutas, el éxodo poblacional coloca a Ciudad Real como la quinta más afectada de toda España, superada solo por Asturias, Jaén, León y La Coruña.
25 provincias españolas crecerían en población en 2033, si nada cambia y según los cálculos hechos por un grupo de expertos formados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de Barcelona, la Universidad Carlos III de Madrid, la Seguridad Social y del propio INE. A la cabeza, Baleares, Santa Cruz de Tenerife y Málaga; y el resto perdería vecinos. En Ciudad Real, la cifra de habitantes se reduciría hasta los 455.288 habitantes, con un ritmo de despoblación de entre 3.200 y 2.700 personas cada año que dejarían de vivir en la provincia. Para hacerse una idea, en 1940, la provincia rondaba los 540.000 habitantes y desde la llegada de la democracia, Ciudad Real tocó techo en cuanto a su población en 2012, con 526.281 habitantes. En casi un siglo se habrán perdido, según las estimaciones del INE, casi 100.000 habitantes y en dos décadas, si nada cambia, 70.000, el equivalente a la población de la capital de una provincia donde instituciones como la Diputación ya ha empezado a tomar cartas en el asunto para intentar frenar esta tendencia con la constitución de una mesa de estudio, con representantes de instituciones y grupos de desarrollo rural para analizar las causas de la pérdida de población, especialmente en las zonas rurales.

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