El 'Diocesano' festeja la Inmaculada con un lienzo

Diego Farto / Ciudad Real
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La obra del mes es un cuadro de la parroquia ciudadrealeña de San Pedro fechado en el siglo XVIII, de autor anónimo y que fue depositado en el museo antes de su inauguración

Una voluntaria del Museo Diocesano, ante el cuadro seleccionado como obra del mes. - Foto: Rueda Villaverde.

El Museo Diocesano ha elegido como obra del mes para el actual periodo un cuadro de la Inmaculada Concepción propiedad de la parroquia ciudadrealeña de San Pedro, con la que se mantiene la costumbre de señalar siempre alguna pieza que se refleje la evolución del calendario litúrgico, en este caso, la festividad del 8 de diciembre.

En este caso se trata de un lienzo de grandes dimensiones que se encuentra en el patio cubierto que forma la sala principal del museo, de autor desconocido y cuya datación se fija en algún momento del siglo XVIII, dentro de una corriente barroca.

El cuadro en cuestión está cedido al museo desde 1988, es decir, dos años antes de su inauguración, aunque la parroquia de San Pedro mantiene su titularidad.

La datación de la obra se corresponde con el momento álgido del debate en torno a la Inmaculada Concepción de María, que agitó el panorama católico durante la edad moderna, hasta que se zanjó en 1854, cuando el papa Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción.

En éste sentido, la historiadora del arte y colaboradora del museo Ana María Fernández Rivero comentó que «hoy en día, mucha gente cree que esa polémica se refiere a la concepción de Jesús, pero en realidad se refiere a la Virgen», en el sentido de que «su concepción se produjo sin pecado».

Fernández Rivero, que es la responsable del estudio iconográfico que acompaña a la pieza destacada durante todo el mes de diciembre, comenta que «el pintor representa a la Virgen como una joven morena, bella, tierna y dulce entre nubes, rodeada de ángeles; la figura de María adquiere elegancia casi cortesana, vestida con túnica blanca y manto azul, símbolos de pureza y eternidad respectivamente, la palabra manto representa a la madre que envuelve y cobija». La figura de la Virgen está coronada con doce estrellas , que representan tanto a las doce tribus de Israel como la maternidad sobre la Iglesia fundamentada en los doce apóstoles. La joven María muestra un gesto concentrado y sus manos unidas invitan a la oración.

En distintos planos, un buen número  de querubines en las más variadas posturas, rodean la imagen, lo que aporta movimiento, gracia y vitalidad al conjunto. Una parte de esto angelotes son muy visibles mientras que otros desaparecen en la penumbra, ya que se han situado en varios planos de profundidad.