Ciudad Real is different

Pilar Rodríguez
-

Durante siete semanas, un grupo de estudiantes americanos disfruta de España, del jamón y del buen tiempo mientras aprenden el idioma y la cultura del país

Alumnos americanos en Ciudad Real. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Treinta y dos jóvenes norteamericanos de entre 16 y 18 años, procedentes de diferentes lugares del estado de Indiana, Estados Unidos, estudian durante siete semanas la cultura y el idioma españoles en las instalaciones del Colegio Salesiano Hermano Gárate, y son acogidos por distintas familias de la ciudad.

Este curso intensivo, o de «inmersión» del idioma, está integrado en el programa 'Indiana University Honors Program in Foreing Languages', en el cual se hace una selección de los estudiantes más capacitados y con más interés para participar en este viaje educativo a España. Durante el mismo, además de asistir a distintas clases, viajan a varias ciudades simbólicas de la tierra y la cultura españolas, como Granada, Toledo, Córdoba y Madrid. «La Alhambra es preciosa», dicen los jóvenes, afirmando que la capital granadina es su preferida.

Algunos de estos chicos desean aprender español porque les parece interesante, un país bonito, una lengua útil. Otros ven en este idioma la clave para su futuro. El sueño de Esperanza (Hope), es ser profesora de español, por ello esta le parece una oportunidad única de aprender las costumbres y sobre todo el idioma. Para Allyson, el español será la llave que le permita ejercer como doctora en México.

Durante estas siete semanas, los estudiantes asisten a clases de lunes a viernes, en las que aprenden la gramática, cultura, comunicación, literatura y fonética españolas. A la pregunta: ¿cuál es la pronunciación más difícil para vosotros? Ninguno duda, la «r» les trae de cabeza. En cuanto a su asignatura favorita, cultura sale ganando, y no porque la profesora esté a su lado y quieran dorarle la píldora, sino porque les resulta de lo más interesante por las diferencias que guarda con la suya propia. «Me llaman la atención los dos besos», dice Julia, acostumbrada a saludar con un apretón de mano o bien con un abrazo.

Los jóvenes admiten que las dos primeras semanas en un país nuevo son las más desconcertantes, pero que, una vez pasadas, no se quieren ir. La comida española también les ha conquistado: «Me encanta el jamón», dice Esperanza y, sobre todo, el sol y el buen tiempo que acompañan a estos meses de verano. «Nos gusta mucho Ciudad Real, hace mucho calor».

Y como no todo va a ser estudiar, aunque sí aprender, estos treinta y dos chicos y chicas disponen de tiempo libre para salir y conocer gente. Hasta las nueve de la tarde los jóvenes pueden salir a disfrutar de la ciudad en grupo, y hasta las once, si son acompañados por las familias de acogida. «Vivir con las familias es muy bueno para aprender porque ves la cultura nativa», dice Julia. Cada uno encuentra su momento para entablar conversación y practicar el idioma, por ejemplo, en los trayectos diarios entre la casa y la escuela, como cuenta Allyson. «Voy en autobús todos los días, así que siempre conozco gente nueva».

Los estudiantes sienten que tienen «muchas vidas» en España: en la escuela, en la casa, con sus amigos, con la gente que conocen...Pero en todas ellas encuentran la manera de aprovechar esta experiencia al máximo, formándose tanto en el idioma como en otros aspectos de su vida.

Esperanza siente que tiene «muchas oportunidades, aquí en España», y sobre todo, quiere pasar el mayor tiempo posible con nativos, y empaparse de nuestra cultura, nuestras costumbres, y por supuesto, nuestra comida.