La Supercopa de España, disputada en el Quijote Arena este domingo y que concluyó con victoria del Movistar Inter sobre el Jaén en la tanda de penaltis, inauguró a lo grande la temporada del fútbol sala nacional, prolongando el idilio que este deporte mantiene con el pabellón Quijote Arena, escenario de este encuentro. 

En apenas tres años y medio Ciudad Real ha albergado dos Copas de España y dos Supercopas, cosechando rotundos éxitos deportivos, de organización y de público, de ahí que se haya convertido en una sede apetecible para albergar los eventos que organiza la LNFS.

Una de las claves de este éxito para Javier Lozano, presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS), es la experiencia que han acumulado y compartido durante este tiempo con el Ayuntamiento de Ciudad Real. Además, las buenas comunicaciones, la ubicación geográfica de Ciudad Real respecto a Jaén y Torrejón de Ardoz, y el aforo del pabellón convirtieron a Ciudad Real en la sede idónea para acoger este choque, que inauguraba la temporada con el primer título en juego entre el campeón de Liga y de la Copa de España de la pasada campaña.

«El pabellón es una maravilla y todos los equipos que juegan allí quedan encantados y nos lo hacen saber», añadió Lozano, que estuvo acompañado en el palco por numerosas autoridades institucionales y deportivas.

De cara al futuro, Lozano admite que a la hora de elegir sedes «Ciudad Real tiene entregadas sus credenciales y sus méritos están ahí. Los equipos están encantados de estar en Ciudad Real, las comunicaciones y el pabellón son buenísimos, la gente es encantadora... Siempre estamos mirando de reojo a Ciudad Real», confesó. 

Para Lozano, la pasada campaña fue la mejor de la historia en las casi tres décadas que lleva funcionando la LNFS, pero se exige más, «ése es el reto ahora». Asimismo, incidió en el comportamiento ejemplar de las aficiones, un punto que quiere recalcar «porque el fútbol sala es un deporte al que puede ir toda la familia sin problemas».