ncandilados, observan el retablo mayor del Convento de las Carmelitas Descalzas de San José, fundado por Santa Teresa de Jesús en el año 1568. Sus ojos rasgados denotan un lugar de nacimiento lejano, Japón, una de los gigantes económicos del mundo. Con sus inseparables cámaras fotográficas colgadas al cuello, el grupo de turistas que ayer 'descubrió' a Santa Teresa escuchan con detenimiento lo que les traduce Kayoko Ishimaru, la guía que les acompaña y la directora de la sección cultural de la Asociación Comunidad Japonesa de Madrid, a la que pertenecen los 36 japoneses que ayer visitaron Malagón atraídos por el V Centenario del nacimiento de la santa. Son de los primeros japoneses que visitan este año Malagón, localidad de algo más de 8.000 habitantes, donde no es lo habitual el cruzarse con grupos de turistas llegados de la otra punta del mundo por sus calles.
Durante la visita, los japoneses pudieron conocer la reja del comulgatorio de San Teresa, el retablo mayor del convento, de estilo barroco toledano, y el museo dedicado a la santa, donde la recreación de la celda de la religiosa y algunos de los objetos que usaba en su vida cotidiana concentró la atención de los japoneses y de sus objetivos. Una fotografía de grupo a los pies de la estatua de Santa Teresa, presentada en sociedad recientemente, da por finalizado un viaje cultural que comenzó a las ocho de la mañana en Madrid. La primera parada, la fábrica de quesos Rocinante, ubicada a la entrada de Malagón, donde los visitantes asiáticos pudieron conocer cómo se elabora el tradicional queso manchego, manjar que saborearon y también compraron. Horas más tarde, tocaba reponer fuerzas en pleno centro del municipio, donde la comida tradicional manchega acaparó parte del protagonismo.

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