Una refrescante tempestad que sorprende en una calurosa noche de verano

M. Sierra
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Peris-Mencheta sorprende al público del Aurea con una propuesta ágil ¬ Siete actores se desdoblan hasta crear una veinte de personajes

Representación de la obra Tempestad - Foto: /Festival

¡Si mañana sigue me traigo a todos mis colegas!, comentaba un joven a la salida del teatro, todavía entusiasmado por el espectáculo que había visto. Una pareja mayor no se mostraba tan eufórica, pero sí satisfecha con una propuesta, dijeron: «Muy visual y fresca». Varias décadas separaban una exclamación de otra, pero ambas hablaban de Tempestad, la función con la que Barco Pirata se estrenaba en el Festival de Teatro Clásico de Almagro, y que tal y como predijo su director, Serio Perís Mencheta, no dejó a nadie indiferente.

Siete actores y una escalera, poco más necesitó Barco Pirata para poner sobre el escenario su versión de La Tempestad, que recuerda mucho a la frescura de la compañía Filter Theatre Company que el año pasado sorprendió con Twelve night a ritmo de rock and roll. Como ellos, la compañía madrileña, aunque con un sonido más pop, pertenece a esa nueva hornada de actores que llegan dispuestos a recuperar la esencia del teatro, esa que juega a tocar todas las disciplinas posibles y que tiene un objetivo claro, el de sorprender al espectador, algo que consiguen desde el minuto uno y sin necesidad de recurrir a grandes artilugios. Y eso se agradece.

Al frente de esta sorprendente locura, un joven director, Sergio Peris-Mencheta, que, con la excusa que le ofrece un texto como el de Shakespeare, consigue exprimir a un pequeño elenco de actores, no más de siete, que sin perder comba y ante la atenta mirada del público, aceptan el reto y suben al escenario a una veintena de personajes que cambian de registro al mismo tiempo que se colocan unas gafas de sol o convierten en capa un falda. Todo un ejercicio teatral que para ellos parece un paseo y que solo de pensarlo agota.

Los primeros minutos son básicos para que el espectador entienda que lo que va a suceder antes sus ojos va a más allá de subir al escenario la historia de amor de la joven Miranda y Ferdinand, o de la venganza del viejo Próspero de la que hablaba William Shakespeare. La Tempestad, para que nadie se lleve a engaños, solo es el eje sobre el que gira todo lo que sucede sobre ese escenario, pero también es la excusa para hablar de los actores, que son los que hablan del presente de esta historia, ya que la de shakespeare habla de pasado. El debate entre clásicos y contemporáneos queda así servido ante el espectador gracias a la técnica del metateatro con la que se justifica el cruce de ambas, en las que todo suena esporádico y a veces tan espontáneo que hasta el público duda si los errores son reales o programados. Será el desarrollo de la trama, el uso de la escalera, el juego de las imágenes, el uso de los globos y las voces salidas de tono las que finalmente convenzan al que mira de que todo, aunque no lo parezca, está medido al milímetro.

Ayudan a Peris-Mencheta en esta maravillosa artimaña teatral un grupo de actores que se desdoblan al antojo de la versión. Encabeza este reparto, Víctor Duplá, que hace las veces de él mismo, pero también de Próspero, duque de Napoles. En el papel de su hija, muy al estilo de Shakespeare, Quique Fernández, encargado también de dar vida a Gonzalo, acompañados a su vez por Antonio Galeano, Xabier Murúa, Raúl Peña, Eduardo Ruiz y Javier Tolosa. Cabe destacar la actuación en particular de este último, Javier Tolosa, sin desmerecer la de sus compañeros, por la dificultad que supone meterse sin apenas tiempo en dos papeles tan opuestos, de un lado el rey Alonso y del otro el monstruoso pero inocente Caliban, a los que en realidad solo les separa una corona, la misma que en este montaje se convierte en cadena opresora.

La comedia ocupa un lugar destacado en esta propuesta, con la que Sergio-Peris Mencheta consigue, en compañía de los suyos, algunas imágenes especialmente bellas y originales que confirman que en el teatro no está todo dicho. (Más información en la edición impresa)