Las sanciones por saltarse la ley antitabaco casi se triplican en tres años

Raquel Santamarta
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Sanidad abre 210 expedientes en lo que va de año, cuando en 2011 inició 75 procedimientos

Una persona fuma en la entrada de un bar. - Foto: Tomás Fdez. de Moya

La desobediencia pasa factura y el castigo puede llegar a salir caro. Los servicios periféricos de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales, coordinados por María José González, han abierto en lo que va de año un total de 210 expedientes a establecimientos y particulares por el incumplimiento de la ley antitabaco, cuyo endurecimiento conllevó, a partir del 2 de enero de 2011, la prohibición de fumar en bares, restaurantes y otros locales de ocio y desató un gran impacto mediático (atrás quedaron las 30.000 firmas que recogieron en su contra los hosteleros de la provincia) con el ‘destierro’ de los ceniceros. Una cifra que refleja que las sanciones casi se han triplicado en los casi tres años de rodaje de la normativa, ya que en todo 2011 se tramitaron 75.

No obstante, hasta el 31 de octubre de 2013 se han cerrado 151 procedimientos, que han llevado aparejada una recaudación de 49.976 euros, cuando en el primer año de vida de la ley las multas impuestas dejaron a las arcas autonómicas 15.141 euros. El segundo año, esta cantidad superó los 50.000 euros elevando a buen seguro los ‘malos humos’ de los sancionados. Y es que menos de la mitad de los 210 expedientes iniciados -el 48%- eran de carácter leve. El resto de las conductas transgresoras penalizadas estaban calificadas como graves. Y eso implica multas de entre 600 y 10.000 euros.

En su mayoría (cien expedientes) recayeron sobre hosteleros que permitieron fumar en sus locales. O, al menos, no lo evitaron. Cuatro de ellos, además, no contaban con la cartelería requerida. Y es que los establecimientos deben informar en letreros visibles de la prohibición de vender tabaco a menores de 18 años, así como de la preceptiva advertencia sanitaria.

Sin autorización. El resto de multas graves se impusieron por permitir a menores de edad usar la máquina de tabaco (1), porque la expendedora no disponía del mecanismo adecuado de activación o puesta en marcha (3) y por carecer de autorización administrativa para la venta de cigarrillos (4), cuyo consumo -según los datos Comisionado para el Mercado de Tabacos- ha descendido en la provincia más de un 13 por ciento (de 27,7 a 24 millones de cajetillas) hasta el 31 de octubre. Por contra, la venta en los estancos ciudadrealeños de picadura de liar ha experimentado un aumento del 27 por ciento (de 64.925 a 82.623 kilos). Los precios marcan las costumbres.

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