El duelo ante el Daimiel disputado el pasado domingo en el Nuevo Cerrú fue algo más que la despedida del CD Puertollano como club, fue un choque de «sentimientos encontrados, una gran tristeza porque es el club de mi vida», tal y como relata Valdivia. El capitán del conjunto industrial echa la mirada atrás y hace un balance de lo que ha sido una temporada marcada por el sino de la disolución. Precisamente el momento en el que la plantilla conocía que la fase de liquidación del CD Puertollano era una consecuencia prácticamente inevitable del concurso de acreedores fue «el peor de la temporada, una mala noticia que además nos pilló por sorpresa».

Con todo, y a pesar del amor que siente por los colores del CD Puertollano, Valdivia mantiene que la decisión de ponerle el punto y final al club ha sido la acertada porque «lo mejor es empezar de cero, Puertollano tiene que luchar por algo, no basta con estar en Tercera y jugar por jugar, sin aspirar a nada». Por ello, mantiene que «ayudaré a Raúl Molina en todo lo que pueda, es una persona que merece la pena y sé que el club en esta nueva andadura desde abajo está en buenas manos».

Pero la calidad del atacante le obliga a fijar sus miras lejos de Puertollano. Así, Valdivia reconoce que «voy a intentar encontrar un equipo en Segunda División B, me gustaría jugar en esta categoría y seguir creciendo como futbolista». De momento asegura que no ha recibido ninguna oferta.