«Es literatura con rock»

Diego Farto / Ciudad Real
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Cómo fue contar su experiencia en la radio independiente a través de una novela?

Esto se remonta a la época en que estudiaba radio, que era a mediados de los años 90. Las experiencias que recojo en la novela están tomadas de una emisora que surgió en Madrid, Radio Resistencia. Yo soy una de las personas que la fundó en 1997, aunque también surgen algunas experiencias de la Escuela de Radio. Casi después de 20 años y de haber estado durante diez años dedicada al activismo de la causa saharaui, hace unos cinco empecé a escribir sobre todo esto. Al menos, la parte de radio sí que es prácticamente como sucedió, con las preocupaciones de no tener presupuesto ni subvenciones de nadie. Además de eso, hay una historia de amor, de amistad, que sí que es inventada; para ello me basé un poco en los veinteañeros en Madrid de los años 90, una situación que es extrapolable a casi cualquier lugar del mundo. Las inquietudes y las iniciativas que se tienen a los 20 años son muy parecidas en todas partes.

En esos tiempos en que era difícil conseguir medios, ¿cómo empezaba a surgir una emisora?

Yo estuve desde la segunda asamblea de fundación. Surgió a partir de un grupo de personas de un sindicato que veían la necesidad de desarrollar una serie de actividades en Madrid similares a las que ya hacía Radio Vallekas o Radio Latina. Con esa idea se desarrolló un proceso asambleario. Estuvimos dos o tres años nada más que haciendo conciertos y fiestas para conseguir el dinero. De todos modos, en el libro no lo cuento así exactamente, porque la protagonista llega acompañando a un grupo musical a una radio libre que ya está montada.

¿Qué fue lo más difícil a la hora de escribir la novela?

Lo que más que costó fue encontrar el tono. Me basé mucho en los escritos de nuestras fiestas, de nuestros actos y de nuestros escritos para la radio. La verdad es que para reflejar aquella época no me tenía que inventar cosas porque la conocía perfectamente. Lo difícil era darle un tono, escribir correctamente, quizá la parte más técnica. Luego lo que si fue más complicado fue editarla.

La novela tiene un peso importante de la música, ¿cómo es posible incorporarla a la literatura?

Si en el libro hablo sobre la radio había que plasmar todas esas cuestiones, que, además, tenía mucho contenido social. La parte musical en una radio libre era importantísima, además de los conciertos que organizábamos. En Estados Unidos y también en los países latinoamericanos hay una tradición bastante larga de literatura con rock. Creo que es algo que se puede combinar muy bien. La protagonista es una chica que va con un grupo de música y eso también lo he recreado. Además, he escrito la letra de cuatro canciones para la novela. Eso lo hemos llevado a extremo y un chico de Ciudad Real, Miguel Bastante, ha puesto música para que suene, ya están grabadas y vamos a intentar editar una maqueta con las canciones.

Además la novela tiene la portada del ciudadrealeño Marino Masazucra, ¿cómo es esa portada?

Es fundamental. Edité la obra mediante crowdfunding a través de una editorial que se llama Libros.com. En principio, ellos aportan todo que hace falta para editar y también tienen diseñadores que hacen las portadas, pero desde que estaba escribiendo el libro sabía que quería una cubierta especial, que fuera importante. Conocía a Marino de otros trabajos y quedamos en que sí lo aceptaba la editorial se lo encargaría a él. Y cuando me llevó la portada vi que es que no podía haber otra, había captado perfectamente todo lo que yo quería decir con el libro.

¿Tiene otros trabajos de ficción a la vista?

Estoy escribiendo otra cosa, pero no sé cuándo estará porque tardo mucho. Es un poco continuación de la otra, pero es distinta.