Susana Díaz es la presidenta de la Junta de Andalucía. Una región española que tiene más población que 13 de los Estados miembros de la UE (o miembras si acaban en a) y un PIB superior a Irlanda. Por este motivo y porque en el PSOE actual no se sabe muy bien quien manda, una chica de Triana, que solo ha desempeñado cargos dentro del partido, perteneciente (lo dice ella señores, no soy tan clasista) a una casta de fontaneros de izquierdas, en alusión a su padre, y designada por Griñán sin pasar por las urnas cuando la jueza Alaya se le acercaba a su predecesor en el cargo con su maletita de ruedas, ostenta el poder en el tradicional granero de votos socialistas.

Precisamente para evitar esa imagen de tutelaje, Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y, por el momento, único candidato del partido a las generales, declinó la asistencia a este desayuno informativo organizado por la agencia de noticias Europa Press. Recalco de momento porque Susana, que gana mucho en la distancia corta y todavía más si la comparamos con algunos de sus correligionarios, ya advirtió de que hay cosas en el discurso de Pedro que no le gustan y que, desde luego, para las grandes cuestiones que la preocupan -España, Cataluña, los asuntos europeos-, ella despacha directamente con quien sea menester pues para eso tiene mando en plaza.

Y para que no quepa ninguna duda al respecto, tuvo a bien leernos lo que opina de la Sanidad, la Constitución, de cómo hay que seguir apostando por las políticas sociales y la inversión en I+D+i, mientras un martilleo de obras en el Hotel Villamagna de Madrid nos acompañó durante toda la velada.

‘Trini’ está feliz y tiene más curvas que el circuito de Laguna Seca en California. Es el momento de actuar contra la corrupción con toda la firmeza posible pues es un foco de votantes para Podemos, vino a decir, ya que la formación de Pablo Iglesias no dice realmente cómo quiere solventar los problemas de España. O porque no sabe cómo o porque no lo quieren decir, aseguró Díaz. Estamos muy lejos de pactar con Podemos, mantuvo la presidenta andaluza, quizá advertida del riesgo de ser fagocitados por los movimientos extremos que le han comido la merienda al PSC en Cataluña o al PSE en el País Vasco.

También Artur Mas recibió un buen izquierdazo de Susana cuando aseveró que su convocatoria del 9-N es un engaño, que ella no cree que el pueblo catalán sea soberano para separarse de España y que hay singularidades en Cataluña que deben protegerse pero no utilizarse para recibir un trato diferente al del resto de Comunidades Autónomas. Precisamente, este es otro asunto que la aleja del federalismo mal explicado que propugna Pedro.

Entre el público se pudo ver un menor número de dirigentes empresariales que en otros actos parecidos. José Antonio Segurado, que siempre trata de ser la correa de transmisión entre el mundo político e industrial, sí se hallaba, pues alguien se tiene que ocupar de esta chica que es la que de verdad manda en el PSOE, me confiesan algunos finos analistas.

‘Pepiño’ Blanco (i.) y Don José Bono, disfrutando a tope del desayuno y de lo que dice la jefa andaluza. Tampoco me parece destacable pero sí curioso relatarles el efusivo abrazo que se dieron Cándido Conde-Pumpido, exfiscal general del Estado, con el empresario Rosauro Varo, marido de la bella Amaia Salamanca y de los pocos personajes de la prensa del corazón que te puedes encontrar a las 9 de la mañana en Madrid despierto y operativo.