Para el agente, el caballo es como su arma. Mantienen una relación simbiótica, en la que la seguridad de uno es la seguridad del otro. Así lo manifiestan algunos de los que llevan media vida ligados a la montura, dentro del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil de Valdemoro. Como en otras ocasiones, estos días se encuentran desplegados por distintas localidades de la provincia de Ciudad Real para prevenir los robos en las explotaciones agrícolas y ganaderas.

Su labor es principalmente de prevención, según apunta el sargento Campos, coordinador de los servicios desplegados en Ciudad Real y Toledo, en apoyo a otros grupos que velan también por la seguridad de las fincas y los profesionales del campo, como los ROCA, integrados en el Plan contra las Sustracciones en Explotaciones Agrícolas y Ganaderas puesto en marcha en septiembre de 2013. Con cinco caballos de distintas razas, fuertes, ágiles y resistentes, «perfectamente aptos para el servicio», patrullan sobre todo los lugares de difícil acceso.

Campos señala esta como su principal ventaja: «Con ellos podemos llegar a sitios a los que no accederíamos con vehículos», afirma, pese a que la mayoría de sus rutas transcurren por caminos, ya que por ellos también circulan los vehículos que utilizan los ladrones. Además, sobre el caballo «se dispone de mayor ángulo de visión, porque la posición es más elevada», algo especialmente útil en la orografía manchega. Y también son más visibibles, lo que genera cierto efecto disuasorio.

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