Irak planta cara al yihadismo

Agencias
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Tropas gubernamentales recuperan el terreno perdido con el Estado Islámico en la ciudad de Baiji, donde se encuentra la mayor refinería de la nación y que está asediada desde junio

Irak planta cara al yihadismo - Foto: STRINGER/IRAQ

 
 
El avance del Estado Islámico en el norte de Irak, donde los yihadistas pretendían sitiar Bagdad en las próximas semanas, sufrió ayer un duro revés gracias a la nueva ofensiva emprendida por el Ejército nacional, que recuperó terreno perdido en Baiji, situándose a dos kilómetros de la ciudad, donde pretenden recuperar la mayor refinería de petróleo del país, que se encuentra asediada por los extremistas desde el pasado junio.
Respaldadas por milicias chiitas y helicópteros de combate, las fuerzas gubernamentales entraron en una zona desértica al oeste del municipio, situado a 200 kilómetros al norte de la capital. 
Las tropas iraquíes esperan cortar las líneas de suministro a los radicales que rodean la refinería y ganar el control de una carretera que lleva a Mosul. 
Los milicianos del EI tomaron buena parte del norte de Irak en junio, haciéndose con Baiji y rodeando la refinería. Desde entonces, las fuerzas gubernamentales dentro del complejo han estado rodeadas por los yihadistas, que no han conseguido conquistarlo, pese a los frecuentes ataques y atentados suicidas. 
«Hemos hecho importantes avances. Hemos tomado seis localidades y ahora estamos a solo dos kilómetros de Baiji», precisó el coronel. «Desde el martes por la mañana, hemos desactivado 300 bombas de carretera colocadas por los terroristas para demorar nuestro avance», precisó. 
Y si las noticias en la localidad iraquí son buenas, también lo son en la ciudad siria de Kobane, asediada desde hace más de un mes por los extremistas. Los combatientes kurdos que defienden este enclave, situado en la frontera con Turquía, recibieron los primeros refuerzos: entre 50 y 70 hombres armados del Ejército Libre de Siria (ELS) llegaron al municipio y se espera el desembarco de otros 150 combatientes peshmerga, de la región autónoma del Kurdistán iraquí, que iniciaron a primera hora de la mañana su destino.
De hecho, un primer grupo compuesto por unos 80 soldados aterrizó en el aeropuerto de Sanliurfa, en el sur del país otomano, y un segundo convoy, compuesto por otros 70 hombres y armas pesadas -artillería y misiles de defensas antitanque, entre otras- viajará por vía terrestre, después de que el Gobierno de Ankara autorizara el paso por su territorio de los refuerzos.
Ante estas noticias, el Estado Islámico bombardeó el puesto fronterizo de Kobane-Mursitpinar para evitar la llegada de este destacamento, que podría recalar en su destino antes del fin de semana.
Mientras tanto, los combates en Kobane prosiguieron. La coalición internacional liderada por Estados Unidos volvió a bombardear posiciones del EI en los alrededores de la localidad, lo que hizo que los radicales perdieran el contacto con 30 combatientes, aunque no está claro si murieron o huyeron hacia los límites con Turquía.
Además, al menos 30 soldados del régimen de Bachar al Asad murieron en enfrentamientos con extremistas por el control de un campo de gas situado al este de la ciudad de Homs, que fue tomado por los yihadistas el pasado julio. El grupo terrorista tiene bajo su poder varias plantas de gas y petróleo en Siria, y la venta de esas materias primas constituye una parte importante de su financiación.
También en Irak se sucedieron las ofensivas por parte de la alianza y se realizaron seis ataques aéreos cerca de Daluya y de Sinjar, destruyendo varias pequeña unidades de la milicia radical y dos vehículos.
Por otro lado, integrantes del Estado Islámico, ajenos a los combates, ejecutaron a 170 miembros de la tribu sunita Albu Nimr en Ramadi por pelotón de fusilamiento. Entre los fallecidos se encuentran militares y civiles.