Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado mantuvieron ayer una reunión de unos 40 minutos en la sede nacional del partido en la madrileña calle Génova en la que quedó claro que no hay posibilidad de integrar ambas candidaturas en una sola antes del XIX Congreso Extraordinario del PP. De esta manera, el próximo sábado los compromisarios tendrán que elegir en las urnas al sucesor de Mariano Rajoy como líder de la formación. Fuentes próximas a ambos aspirantes se atribuyen la victoria y aseguran contar, en ambos casos, con más del 60 por ciento de los votos. 

La cita fue «cordial», según fuentes de la candidatura de la exvicepresidenta del Gobierno, que siempre ha abogado por esa única candidatura que ella encabezaría como ganadora de la primera vuelta de las primarias. El entorno del exvicesecretario de Comunicación del PP afirma que «hay que cumplir las reglas», que contemplan una segunda vuelta. 

Esa reunión tuvo lugar mientras desde las dos candidaturas se filtran datos de los apoyos con los que supuestamente cuenta cada uno. Según estas informaciones, ambos ganarán con suficiencia la votación, ya que están convencidos de contar con más del 60 por ciento de los apoyos de los 3.083 compromisarios. En concreto, desde el equipo de la vallisoletana se resalta que superan «con creces los 15 puntos de ventaja» sobre su rival. El panorama cambia de manera radical al escuchar a los más cercanos al palentino. Es él, subrayan, el que cuenta ya con el 68 por ciento de los votos en un cálculo «muy conservador». Incluso lo traducen en cifras: 2100 compromisarios le apoyarán a Casado, mientras que su adversaria cuenta con algo más de 800.

Ambas candidaturas aseguran que han obtenido los datos gracias a llamadas telefónicas, uno a uno, a los más de 3.000 miembros del partido que votarán el sábado. De hecho, remarcan que contrastan los apoyos hasta dos o tres veces para contabilizar cada apoyo.