Las obras del colegio San Isidro, paralizadas por impagos

A. Criado
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Las obras de reforma del colegio público San Isidro de Daimiel se encuentran actualmente paralizadas debido a los «impagos» de la empresa adjudicataria a los proveedores. La Junta trabaja contra reloj para que se reanuden "cuanto antes"

Las obras de reforma integral del colegio público San Isidro de Daimiel se encuentran actualmente paralizadas debido a los «impagos» de la empresa adjudicataria a los proveedores, varios negocios de esta localidad ciudadrealeña. La Consejería de Educación, Cultura y Deportes trabaja ahora contra reloj para rescindir y liquidar el contrato con esta empresa, con el objetivo de reanudar los trabajos «cuanto antes». Así lo aseguró este miércoles a 'La Tribuna' el titular de este departamento, Ángel Felpeto, que avanzó que este contratiempo hará «imposible» que el nuevo aulario de Educación Infantil esté listo para el inicio del próximo curso. Felpeto insistió en que el Gobierno de Castilla-La Mancha está al corriente de todos los pagos con la empresa adjudicataria y que ha sido ésta, incumpliendo el acuerdo alcanzado hace aproximadamente un mes en la sede de la Consejería de Educación, la que no ha abonado con la última certificación de obras el dinero que debe a los proveedores, presentes también en aquella reunión. Un extremo que el propio consejero comunicó en persona en Daimiel a la dirección del centro, el consejo escolar y representantes de padres y madres de alumnos y del Ayuntamiento, con el alcalde, Leopoldo Sierra, a la cabeza. En este contexto, la Consejería de Educación realizó una propuesta a la adjudicataria para rescindir y liquidar el contrato. La empresa tiene de plazo hasta el 8 de agosto para contestar. Si se aviene a las condiciones estipuladas, «el mal menor», el Ejecutivo de Emiliano García-Page licitaría y adjudicaría en apenas un mes la finalización de las obras de la primera fase, «que están ya muy avanzadas»; en caso contrario, «el peor de los escenarios», tendría que acudir a la vía judicial, el conflicto no se resolvería hasta principios de octubre y los trabajos se retrasarían alrededor de dos meses más de lo previsto inicialmente.