Cada vez son más los ayuntamientos de la provincia de Ciudad Real que apuestan por reforzar la seguridad de sus vecinos, edificios públicos y mobiliario urbano con la instalación de un sistema de cámaras de videovigilancia que además de reducir de forma notable los casos de vandalismo, se convierte en una herramienta clave a la hora de controlar el tráfico y contribuye además al esclarecimiento de delitos. Todos los alcaldes consultados por este diario coinciden en señalar la «eficacia» de una tecnología que implantarán nuevos municipios a la largo de 2019. La empresa Comunitelia, con sede central en Tomelloso, se ha encargado de instalar estos circuitos de videovigilancia en alrededor de una veintena de localidades de las provincias de Toledo y Ciudad Real, entre las que se encuentran, por ejemplo, Valdepeñas, Villarta de San Juan, Argamasilla de Alba y Villanueva de los Infantes. Su director general, Ángel Cantón, explica que hasta hace unos años, los alcaldes eran reacios a establecer este tipo de tecnología en sus municipios, fundamentalmente por el desconocimiento de la ley de proteccón de datos y temor a posibles denuncias de vecinos, que pudieran considerar que se vulnera su derecho a la intimidad. En este sentido, Cantón subraya que el asesoramiento es clave para hacer ver a los ayuntamientos las bondades de un sistema de videovigilancia que ayuda a «reducir el número de robos y altercados y a esclarecer hechos delictivos y accidentes de tráfico». Con esas imágenes, que sólo pueden manipular los agentes de la Policía Local en caso de que se produzca algún incidente o suceso, se evitan también muchos juicios, porque «con la imagen de los hechos en poder de las autoridades ya no vale el tu palabra contra la mía». La eficacia de la videovigilancia (que tiene que ser autorizado por la Delegación del Gobierno y renovado año a año) ha animado a muchos otros ayuntamientos a instalar o ampliar un sistema que en municipios de tamaño medio, donde sólo pueden contar con dos o tres policías locales y no se cubren todos los turnos, complementa el dispositivo de seguridad ciudadana. Es el caso del Campo de Montiel, que a finales de 2016 y principios de 2017 sufrió una oleada de robos y hurtos ante la falta de efectivos policiales. Muchos ayuntamientos, como Cózar y Villamanrique, optaron por instalar cámaras para reforzar la seguridad ante la alarma generada entre los vecinos de unos municipios, además, muy envejecidos. Villanueva de los Infantes, cabecera de comarca, también instaló cámaras en varios puntos de la localidad hace justo un año. Su alcalde, Antonio Ruiz,  asegura que el sistema de videovigilancia «ha contribuido notablemente a reducir el gamberrismo local», sobre todo en lo que se refiere a las pintadas en paredes y edificios públicos, «una práctica que antes, por desgracia, era bastante habitual». También destaca su «efectividad» contra el vandalismo el alcalde de Argamasilla de Alba, Pedro Ángel Jiménez, que asegura que apenas se registran ya casos desde la instalación de las cámaras al principio de la legislatura. «Reducen drásticamente el vandalismo, que supone un coste para las arcas municipales, generan mayor seguridad a los ciudadanos y contribuyen al esclarecimiento de delitos», apunta el regidor para subrayar que, por ejemplo, con las imágenes se han podido resolver varios casos de robo a mayores por el sistema del abrazo cuando salían de las entidades bancarias de cobrar su pensión. Valdepeñas ha extendido la videovigilancia a los principales caminos rurales, para intentar reducir los robos en el campo; y Herencia, que cuenta actualmente con dos cámaras en el entorno de sendos parques públicos, ampliará el dispositivo a los accesos a la localidad a lo largo de 2019, debido a su «eficacia demostrada», subraya el alcalde, Sergio García-Navas.