Sincero y sin dejar de lado ningún tema, el seleccionador español, Vicente del Bosque, aseguró ayer que no se arrepiente de ninguna de sus decisiones en el Mundial y se quejó de la exageración tanto en las alabanzas tras las victorias como en las críticas tras la debacle en Brasil.

«No podemos empezar de sopetón a preparar un nuevo equipo. Tiene que ser poco a poco», advirtió el salmantino, para quien ni siquiera el estilo es ya intocable. «En el fútbol no hay un solo dibujo».

Pasó del elogio a las críticas. ¿Cómo lo asume?

Llegamos en el mejor momento que podíamos llegar, tras conquistar la Eurocopa de 2008. En todo este tiempo hemos conocido lo que es el ganar y el perder. Lo peor que te puede pasar es ser impasible ante los acontecimientos. Lo bueno y lo malo te tiene que afectar. Hemos sido alabados exageradamente y hemos sido criticados también exageradamente. Incluso algunas de las críticas han sido antideportivas.

¿A cuáles se refiere?

Por ejemplo, cuando se habla de los jugadores. Siempre han tenido un comportamiento intachable.  Antes del partido ante Australia, fueron cuatro días fantásticos, más allá de algún episodio.

Se habló de un incidente con Cesc Fábregas.

Fue una cosa que ocurre en todas las plantillas. Y en el partido, más allá de que el rival no fuera un gran equipo, el comportamiento de ellos en todo momento fue bueno. Más allá, ya digo, de algún episodio. Pero fue mínimo.

¿Se arrepiente de algo de lo que ocurrió en el Mundial?

No. En cuanto a la elección de jugadores, no llamamos a nadie fuera de onda. Además, los que fueron al Mundial fueron campeones en 2012. No era un equipo hecho a base de reliquias del pasado.

Xavi Hernández dijo que se quedó muy decepcionado por no jugar frente a Chile.

Tengo mucho afecto a Xavi. Tomamos la decisión que creímos. Posiblemente, la comunicación no fue idónea. Pero lo hicimos como por ejemplo hemos hecho en el pasado partido con Casillas. Pero de verdad que no quisimos señalar a nadie.

Después del Mundial, ¿usted llegó a presentar la dimisión?

No. Una vez que se produce la clasificación, la Federación ofrece la renovación y la firmamos. No queríamos ir contracorriente de todo el mundo porque no conduce a nada. Y también queríamos darle una libertad a la junta directiva para tomar las decisiones que creyesen oportunas.

¿Si hubiera ganado se hubiera marchado?

No, sería igual. En estos años hemos tenido la posibilidad de ganar y perder. Había gente que decía que habíamos unido a España y eso tampoco nos lo creíamos tanto. Pero ahora tampoco estamos en una posición de que parece que no podemos andar por la calle.

Usted ha hablado ahora de una «transición dulce».

Puede ser dulce o amarga. Se trata de que vaya llegando la gente. Nosotros ya hicimos una transición a partir de 2008. Nadie se acuerda de Javi Martínez, Piqué, Busquets, Pedro, Mata, Alba... Eso es propio del deporte.

Esa transición dulce, ¿podría implicar que Casillas llegara a la Eurocopa 2016 y no ser titular?

Pues claro. Pero hay que ser deportistas y no podemos aventurar la clasificación. Creo que debemos ser prudentes. Lo importante es que tengamos a la gente activa.

¿Cómo entiende el debate sobre Diego Costa?

No hemos tenido suerte con él. No creo que nadie, o muy pocos, haya cuestionado su potencial. Pero ni él ha llegado en el mejor momento ni luego le han ayudado las lesiones. En unas cosas somos muy flexibles y en otras tozudos. Y en esta hemos sido tozudos. No sé si estamos acertados o equivocados, pero si no hubiéramos acercado a Costa a la selección, nos hubieran puesto a parir.

¿Seguirá confiando en él?

Mientras no demuestre lo contrario, pero tampoco tenemos un compromiso cien por cien, ni con él ni con nadie.

¿Debe adaptarse la selección a Costa o al revés?

Los dos. Pero ya hemos tenido jugadores parecidos a él. No creo que haya nadie que sea nocivo para este grupo.

¿La presencia de Cesc con él en el Chelsea puede ser un argumento a favor?

Sí, pero creo que todos tienen claro que no solo podemos jugar acercándonos al balón y asociándonos mucho, sino que también debemos tener movimientos por fuera y que eso nos hará mejores.

¿Ese cambio de estilo forma parte de la «transición dulce»?

No, forma parte del fútbol. En el fútbol no hay un solo dibujo, una misma foto inicial. Hay movimientos, desarrollo del juego, y eso debe entrar más allá de una foto.

¿Le gustó ver un clásico sin tanta tensión?

No quiero buscar culpables, pero lo que sucedió hace unos años no era sano para nosotros. Toda la vida Madrid y Barcelona han sido sentimientos encontrados y siempre hemos tenido muchas diferencias. Por encima del club está el fútbol. Que podamos tener a Ronaldo, a Messi, a todos esos jugadorazos, es extraordinario para nosotros.