De manera ágil y poco lesiva

I. Ballestero
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Los afectados por los trabajos en la plaza hacen hincapié en la necesidad de minimizar el perjuicio de los mismos

El pasado jueves, el Ayuntamiento de Ciudad Real celebró una reunión con vecinos y propietarios de locales y establecimientos comerciales de la céntrica plaza de Cervantes para tratar de recabar sus sugerencias de cara a la puesta en marcha del proyecto de renovación del entorno. En ese encuentro, el Consistorio explicó algunos de los trabajos que pretende llevar a cabo en la plaza para acabar con los problemas de desnivel y no tener que volver a acometer pequeñas mejoras en la zona, y pidió a los vecinos y comerciantes sus aportaciones para que el proyecto cuente con consenso y se haga de la mejor forma posible. Al respecto de las obras no se realizaron ni apreciaciones ni aportaciones importantes, aseguraron a La Tribuna algunos de los presentes en ese encuentro, pero sí que hubo dos deseos que los propietarios pusieron encima de la mesa: que la reforma de haga de manera ágil y que se haga, también, de la forma menos lesiva para comerciantes y hosteleros.

«Lo más importante es que los trabajos que se ejecuten se hagan de manera segura y se hagan bien, que no tengamos que afrontar otras obras de mejora en poco tiempo», aseguró uno de los hosteleros que estuvieron presentes en el encuentro, reconociendo que todas las partes implicadas en la reforma de la plaza de Cervantes «estamos concienciadas en que las obras hay que realizarlas, porque la plaza no puede seguir como está». A partir de esa premisa, «lo cierto es que nosotros no queremos entrar en qué obras hay que hacer o qué obras no hay que hacer, pero sí pedimos que sea un proyecto definitivo, y también nos gustaría que se hiciera de manera ágil, que las actuaciones que se elijan no sufran trastornos, cambios y retrasos que puedan dilatar la actuación».

A la hora de pedir una actuación «ágil», los hosteleros y comerciantes puntualizaron que no se trata «de elegir un proyecto rápido, del periodo de ejecución, sino de que ese plazo se cumpla de la mejor manera posible». Es decir, los propietarios de los locales comerciales no entran en la duración del proyecto a elegir, «aunque nos acabará afectando», pero sí en que una vez seleccionado «se lleve a cabo dentro de los plazos».

Otra de las peticiones que realizaron tanto comerciantes como establecimientos hosteleros es que se elija la manera «menos lesiva para todos» de llevar a cabo las obras, haciendo referencia a la fecha de inicio de los trabajos. «Si el proyecto tiene un año de duración, nos va a afectar, pero si es un proyecto de menos tiempo es importante elegir cuándo se pone en marcha», subrayó uno de los comerciantes, «porque no sólo para los hosteleros puede ser un problema la fecha, también para los que tenemos allí radicada nuestra actividad comercial». De esta forma, y con la temporada de terrazas ya en marcha, «nosotros sugerimos que las obras podrían ponerse en marcha en invierno».

El pensamiento generalizado, eso sí, es la necesidad de las obras. «Es un entorno importante para la ciudad y también para la economía, y todos estamos de acuerdo en que hay que llevar a cabo una actuación para mejorar su estado», concluyeron.