La reforma de la plaza de Cervantes se acometerá en enero o febrero

Manuela Lillo
-

Hosteleros y comerciantes comunicaron al Consistorio que «ahora no es el momento»

La reforma de la plaza de Cervantes podría ejecutarse en «enero o febrero del año que viene», que es la fecha que los vecinos, comerciantes y hosteleros de la zona han señalado al Ayuntamiento como la más idónea para afrontar una actuación sobre la que esta misma semana se han analizado distintas propuestas.     

El concejal de Urbanismo, Pedro Martín, explicó a La Tribuna que en la reunión que mantuvieron el jueves se les trasladó que «ahora no es el momento» para desarrollar unas obras que afectarán  a una de las plazas más céntricas de la ciudad, en la que se asientan negocios de hostelería, comercios y viviendas que, recientemente, han sufrido las consecuencia de la obra de demolición de uno de sus edificios y actuaciones de reparación de redes de agua. Por esta razón, el equipo de Gobierno se ha mostrado siempre a favor de evitar molestias mayores y escuchar la voluntad ciudadana.

Hasta entonces, el Ayuntamiento podría aprovechar para realizar diversas tareas, como la redacción del proyecto de reforma, después de que en la reunión se pusieran encima de la mesa diversas propuestas acerca de cómo modificar la plaza. Dicho documento contemplará diversos puntos que harán que la zona ofrezca una imagen distinta de la actual.

El concejal detalló que una de las cuestiones que se abordará será la nivelación de la plaza y, de hecho, afirmó que ya se había aprobado la contratación de una empresa que se encargará de hacer el estudio de planimetría, por lo que posteriormente se deberá redactar un proyecto que contemple la forma de solucionar el desnivel que presenta la plaza en algunas de sus zonas.

Pedro Martín informó que en la reforma también se procederá a «cambiar el pavimento para igualarlo», de manera que ofrezca una imagen de conjunto, del mismo modo que instalarán «nuevos imbornales» y se podría «mover la estatua» de Miguel de Cervantes. En este sentido, comentó que la reunión se planteó la posibilidad de cambiar «ligeramente» la ubicación de la escultura o también abordar algún tipo de cambio en la jardinera que se encuentra a su alrededor.

Calles adyacentes. El concejal subrayó que el objetivo es que «la plaza gane espacio» y, por esta razón, tienen previsto eliminar el aparcamiento de motocicletas que actualmente hay en uno de sus laterales y trasladarlo a la calle Bernando Mulleras. En este sentido, apuntó a la ampliación de las aceras que se ejecutará en dicha vía y en la calle Alfonso X ‘El Sabio’, donde se podrían suprimir algunas plazas de aparcamiento y habilitar más de carga y descarga, dijo el edil sin llegar a hablar de semipeatonalización.

Otra de las cuestiones planteadas fue la posibilidad de «trasladar las terrazas hacia el centro» de la plaza, de manera que ofrezca una imagen «más abierta» y que se dote de accesibilidad a los laterales para no entorpecer el tránsito de los viandantes. Por otra parte, comentó que también se esbozó la posibilidad de «cambiar de sitio algún árbol».

El concejal de Urbanismo indicó que a partir de ahora el arquitecto municipal deberá redactar el proyecto, teniendo en cuenta esas opciones y, posteriormente, sacarlo a licitación y adjudicación. Por lo que respecta al coste que podría tener la reforma, el edil comentó que, aunque no se ha detallado, puede ser «similar» a la tercera fase de la Puerta de Toledo, donde también instalarán nuevos imbornales, cambiará el pavimento o reordenarán los aparcamientos. Así pues, estimó que la actuación supondrá un coste de «unos 500.00 euros».

Para hacer frente a ese gasto, el equipo de Gobierno deberá «buscar la financiación» necesaria, si bien Pedro Martín comentó que existe un «sobrante» de la tercera fase de la Puerta de Toledo (salió a adjudicación por 688.502 euros y se adjudicó por 426.871 euros), entre otras partidas a las que podrían recurrir, dijo.

La reforma de la plaza de Cervantes viene retrasándose desde mediados del año 2013, cuando se alertó de los problemas que sufría el edificio del número 5 y se comenzó a apuntar al desnivel que sufría la plaza. De hecho, desde el Grupo Municipal Socialista se denunció entonces su «hundimiento». Como consecuencia de esta circunstancia, el equipo de Gobierno promovió un estudio tomográfico que concluía que en el subsuelo no hay «anomalías que puedan causar riesgo de colapso o desplome súbito», aunque aconsejaba realizar unas inyecciones de cemento. Asimismo, desde el Ayuntamiento de la capital anunció una reforma de la zona.