Mejorar la calidad del agua del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel es uno de los retos que el Patronato del parque y el Organismo Autónomo Parques Nacionales han puesto encima de la mesa. Y en lograr ese objetivo trabaja también el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que junto con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, está estudiando la calidad de las aguas a través del proyecto denominado ‘Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel: El humedal frente a la actividad de las especies exóticas invasoras’. El proyecto, que comenzó a desarrollarse el pasado mes de marzo, cuenta con un presupuesto de 61.524 euros, financiado al cincuenta por ciento por ambos órganos, y en él trabajan cuatro personas del IGME (Miguel Mejías, Esther Santofinia, Enrique López y José María Ruiz).
En estos tres meses, el Instituto Geológico y Minero ha estudiado una serie de variables en el parque como la hidroquímica del agua, los nutrientes, el fitoplancton, la turbidez del agua y la penetración de la luz en diferentes puntos del parque. Factores que han llevado al IGME a percibir una cierta mejora en la zona de Puente Navarro, donde el agua es algo menos turbia. Así lo comenta el jefe del Área de Hidrogeología Aplicada del Instituto Geológico y Minero, Miguel Mejías, quien -en declaraciones a La Tribuna- explica que en algunas áreas de la zona entre la presa del Morenillo y Puente Navarro «vuelven a ser transparentes con poca turbidez, menor concentración de clorofila y mayor penetración de la luz», lo que está favoreciendo que en algunos lugares se empiece a producir «un importante desarrollo de ovas». Primeros indicios que el IGME tendrán que analizar con mayor precisión con el objetivo de detallar el por qué de esa mejoría, pues «estamos en la fase inicial del trabajo», subraya Mejías al tiempo en que insiste en que todavía existen «muchas zonas en las que la turbidez aún es importante».