El desplome de un árbol provocó ayer el corte al tráfico de un tramo de la calle Toledo, que hizo que la Policía Local y los bomberos tuvieran que actuar tras la caída de un ejemplar de la especie sophora japónica, que se produjo en la zona comprendida entre la Puerta de Toledo y la plaza de España, concretamente, frente a la Subdelegación de Defensa.

El suceso se produjo alrededor de las 16.30 horas, en el momento en el que se registraba un fuerte chaparrón sobre la capital, que dejó casi cuatro litros por metro cuadrado. El árbol se partió por su tronco y se desplomó sobre un vehículo que se encontraba estacionado en la zona y causó daños en un vehículo más, otro coche, según informaron a este diario desde Emergencia Ciudad Real.

Desde el área de Sostenibilidad consideran que la fuerte lluvia que se registraba a esa hora pudo motivar el desplome de este árbol, de unos 50 años de edad y que se encontraba «sano», según informó a este diario la concejala del área, Rosario Roncero.

La edil habló de «un hecho puntual» y recordó que la capital cuenta con 28.00 árboles, al tiempo que comentó que el árbol corresponde a una especie muy extendida en parques y jardines y en grandes ciudades.

Explicó que el Ayuntamiento está trabajando en tres líneas de actuación. En concreto, llevarán a cabo un plan de gestión del arbolado de zonas especialmente sensibles, como el parque de Gasset, los jardines del Prado, la plaza del Pilar y la de Cervantes, donde se realizará un análisis «de todos y cada uno de los árboles», generando una ficha técnica de los mismos en la que se detallará la especie, la edad, las peculiaridades que presenta, su estado y las posibles medidas a adoptar. Esperan que «para noviembre esté terminado» y se encargará del mismo «una empresa especializada».

La segunda línea de acción es consecuencia de la caída de un árbol a mediados de agosto en la calle Hernán Pérez del Pulgar, por la que el Consistorio hará un estudio del arbolado en las calles peatonales, prestando atención al estado que presentan los alcorques y las raíces, si bien, a diferencia de la anterior línea de actuación, no se concretará en un plan de gestión.

La tercera línea consiste en el estudio del estado de los árboles que se encuentran junto a colegios y centros educativos, «a pesar de que no es competencia municipal», pero con el objetivo de garantizar la seguridad. Todo ello, «sin perjuicio de la poda que se volverá a realizar a partir de noviembre».