«El cierre de Elcogas es un punto y seguido»

Javier D. Bazaga
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Alberto Nadal • Secretario de Estado de Energía en funciones

En julio de 2014 los propietarios de la central termoeléctrica de gasificación integrada en ciclo combinado de Elcogas en Puertollano, solicitaron el cierre de la planta apelando a los cambios regulatorios acerca de la retribución al uso de carbón nacional en plantas de generación eléctrica que podrían afectar a la viabilidad futura de la instalación, además de por las pérdidas acumuladas. Más de año y medio después, tras movilizaciones, encierros, manifestaciones y apoyos políticos, la desconexión es efectiva.

El cierre de la planta de Elcogas en Puertollano, ¿era inevitable?

Tal y como estaba planteada sí. Pero yo prefiero pensar que es un punto y seguido. Tal y como estaba construida, y tal y como gobiernos anteriores la introdujeron dentro del esquema de plantas convencionales -desde el punto de vista de la normativa española y europea-, como planta que quema coque de petróleo, un poco de carbón y gran cantidad de gas, es una planta de generación de electricidad con hidrocarburos como cualquier otra térmica de gas o cualquier otra térmica de carbón. Por tanto no es susceptible de recepción de ayudas para seguir operando. Para que reciba ayudas necesita transformarse en una planta que utilice biomasa, porque al ser renovable sí puede recibir ayudas. Pero esto necesita un esfuerzo de todos, de la empresa que hubiera querido hacer las inversiones y transformaciones necesarias; un esfuerzo de las administraciones locales y regionales; y por nuestra parte hubiéramos hecho un esfuerzo por introducirla dentro del sistema. Los planteamientos que se nos han hecho son: por una parte, los propietarios de la empresa nos piden el cierre. Nosotros preguntamos al operador del sistema -el guarda de tráfico del sistema eléctrico que nos dice qué unidades de generación son necesarias o no para mantener la seguridad del suministro- si puede cerrar y la respuesta es que sí, que no es esencial para el mantenimiento de la seguridad del suministro en España. A partir de ese momento hemos hablado miles de veces con la empresa, el comité y los sindicatos intentando buscarle una viabilidad a un activo, pero como hacemos con todos los activos, pero todo lo que se nos ponía encima de la mesa era una petición de 35 o 40 millones de euros todos los años y luego ya veremos. Eso no es un plan de viabilidad. Eso no es una solución, y nosotros no podemos obligar al consumidor eléctrico a pagar 35 o 40 millones de euros todos los años contra las normas europeas y contra las normas españolas. Cualquier solución legalmente viable que se nos hubiera planteado y mirando hacia el futuro, hacia la posibilidad de transformación de la planta, siempre hemos estado dispuestos a mirarla. Es más, sigo creyendo que si hiciéramos un concurso a futuro de biomasa hibridada con térmica, la instalación de Elcogas seguramente tendría valor.

Pero ese plan de viabilidad se presentó antes de agotar el plazo.

No se presentó ningún plan de viabilidad. Se presentó un documento con una parte técnica bastante buena sobre las posibilidades que habría de hibridación de biomasa, pero en la que se añadía que, como va a tardar dos años en ponerse en funcionamiento, contra ley, págenme ustedes una subvención. Esto es lo que se nos ha presentado sin ninguna apoyatura legal porque la empresa no está dispuesta a cubrir ese hueco de dos años.

¿Y por qué permitieron la prórroga de cierre varias veces si no existían las condiciones?

La prórroga la solicitó la empresa, y nosotros hemos concedido cuantas prórrogas se nos han pedido para dar tiempo a buscar una solución. Es muy sencillo: la empresa por sí misma no puede funcionar en los parámetros actuales. Sus costes de producción son mucho más altos que las equivalentes térmicas de otras partes del territorio. Luego, si producir un megavatio hora en Elcogas vale más caro que en el resto, si lo hago solo con fósiles no tiene solución. Si el Ministerio pusiera algún tipo de subvención -insisto, dinero que sacamos del recibo eléctrico, también de los castellano-manchegos-, para mantener una instalación que opera más cara que las demás, esto ni conceptual y legalmente se puede hacer. Pero si le damos unas características especiales, como con biomasa, con la que sí que le puedo dar el apoyo adicional por ser una energía renovables, entonces sí. Pero eso implica que todas las partes tienen que hacer el esfuerzo de llegar hasta el final. Lo que no vale es que ni la administración local, ni la autonómica, digan que no piensan hacer nada y que el Ministerio resuelva el problema obligando al consumidor eléctrico a pagar algo que es ilegal y hasta que se pueda convertir en una planta de biomasa cargarlo al sistema eléctrico contra la directiva comunitaria.

¿Se le exigió la misma implicación al gobierno de María Dolores de Cospedal?

Exactamente la misma. La posición siempre ha sido la misma. Hemos estudiado miles de vías, si había proyectos de investigación que se pudieran apoyar por la parte de Investigación y Desarrollo... pero no. El sistema eléctrico español ha metido más de 900 millones de euros en Elcogas, todos los españoles en su recibo eléctrico. Siempre es mala noticia la pérdida de un activo del sistema. Es como si tomamos el ejemplo de un edificio en ruinas dentro de una ciudad: siempre es mejor reformarlo y buscarle un uso antes que derribarlo, porque construir desde cero cuesta más, y esa ha sido nuestra posición. Pero si me dice que ese edificio, que está medio en ruinas, quiere tenerlo, disfrutarlo, poner un centro comercial pero todo a costa del recibo eléctrico mientras recibe los beneficios, hombre...

¿Y el hecho de ser una de las plantas de producción de energía más punteras en tecnología en toda Europa no puede dejar la puerta abierta a su continuidad?

Pero no en los términos en los que está ahora, porque es puntera en tecnología pero no en costes. El coste era mucho más alto que otras equivalentes, entonces había que buscarle otro uso, y eso es lo que hemos buscado. Pero honestamente, nos han dejado toda la responsabilidad y esfuerzo a nosotros y nadie ha puesto nada. Hemos llegado a hablar de cifras, intentamos buscar una vía a través de la orden de desnitrificación que se encontró con otra serie de obstáculos diferentes... Honestamente, los únicos que hemos intentado poner algo ha sido el Ministerio. Los demás lo único que han hecho es poner el cazo.

Hay una planta en España de similares características que parece que sí se mantiene con ayudas, la de Mieres en Asturias.

Eso me lo dicen una y otra vez y es falso. La Pereda es una planta de tratamiento de residuos y aquí no hay tratamiento de residuos. En La Pereda se queman residuos de la minería que, para quemarlos se combinan con carbón y están bajo el capítulo del tratamiento de residuos, pero Elcogas no trata residuos. El carbón que quema Elcogas hay que sacarlo de la mina y crea residuo adicional. En ningún caso podemos calificar a la central de Elcogas como una central de residuos. ¡Pero si lo hemos mirado todo 50 veces! Los únicos que han mirado las cosas hemos sido nosotros.

¿Llegaron a mantener aquella reunión a tres bandas? ¿Las tres partes en la misma mesa y al mismo tiempo?

Yo les dije a los sindicatos y a la empresa que si aproximábamos posturas y teníamos un plan de viabilidad haríamos un esfuerzo último entre los tres, pero es que las posturas nunca fueron estas. Las posturas han sido que la continuidad de Elcogas pasa porque todo el dinero lo ponga el sistema eléctrico; que si esto tiene problemas normativos es problema del Ministerio; que nadie está dispuesto a flexibilizar la postura y que todo siga como hasta ahora. Y ahora los costes están en 30 o 40 millones de euros con el precio del petróleo a 60 o 70 dólares, pero en algún momento subirá y los costes se irán a 80 o 90 millones anuales, para una nómina de 14 millones. Y esto todo entrando en el recibo. Honestamente, habría que haber hecho algo mucho más serio. Lo que no podemos hacer nosotros es inventarnos el plan de viabilidad.

Todos los partidos salvo el PP han firmado una Proposición no de ley que...

Habíamos quedado en que no solo íbamos a hablar de Elcogas. Elcogas tiene una importancia muy elevada en Puertollano pero a la inmensa mayoría de la región le importa más cuestiones como cuál es el precio de la electricidad, cómo garantizamos el suministro, qué va a pasar con las renovables en el futuro... Ahí es donde nos jugamos los empleos.

Vamos terminando. Pero si todos los partidos acuerdan acometer una retribución específica para esta planta es que es posible, ¿o no?

¿Han hablado con Bruselas?

¿No es posible entonces?

Esto es una ayuda del Estado y como tal tiene que ser autorizada. Solo se autorizan ayudas del Estado para renovables o tratamiento de residuos. O conviertes esa planta en una de esas dos opciones o no se puede dar una ayuda del Estado. Cualquier normativa que haga España en esa línea no la va a recurrir solo la Unión Europea, sino el resto de competidores que van a decir que por qué a ellos sí y a mi no.

¿El cierre es irreversible? Decía al principio que lo ve como un punto y seguido.

El gran error fue meterlo en el decreto de restricciones técnicas, ése que acabó el 31 de diciembre de 2014, porque entonces se calificó Elcogas de manera irreversible como central térmica convencional.

¿Cómo valora la situación de la minería tras la decisión de la Unión Europea de eliminar las ayudas al carbón?

La decisión europea obliga al cierre de las minas que reciben ayudas en 2018, sobre eso se estableció un mecanismo adicional de apoyo contra el sistema eléctrico que se negocia en 2010 con la condición, irreversible, de que a 31 de diciembre de 2014 acababa ese mecanismo de apoyo. Hubiéramos vivido mucho más cómodos si el mecanismo de apoyo hubiera existido hasta 2018 pero quien lo negoció entonces lo hizo hasta el 31 de diciembre de 2014.

Nosotros seguimos buscando mecanismos que permitan al sector del carbón seguir operando hasta 2018 con la evolución razonable y que se de una oportunidad a aquellas minas que puedan ser rentables más allá de 2018.  Y seguimos peleando, incluso en funciones. La última visita a Bruselas del ministro y mía con la comisaria fue hace dos semanas, la última conversación con la Comisión fue el viernes pasado y este lunes vuelvo a hablar con ellos. Seguimos peleando. Pero lo que yo nunca entendí, y eso nos vino dado, es que si el plan de cierre se extendía hasta 2018, por qué el decreto de restricciones era solo hasta 2014. Pero eso ya es leche derramada, y sobre eso hemos intentado operar lo mejor posible. En contrapartida hemos mejorado las condiciones sociales brutalmente, hemos prorrogado las prejubilaciones que expiraban cuando nosotros llegamos, y hemos dado el régimen más generoso de prejubilaciones que ha habido nunca en la minería del carbón en cuanto al acceso a las mismas, no en la cuantía pero sí en cuanto al acceso. Hemos intentado pagar las ayudas lo antes posible en lo que depende del presupuesto. Todo lo que podíamos hacer en favor del carbón lo hemos ido introduciendo, hemos pedido un esfuerzo al sector eléctrico para que siga contando con el carbón nacional, pero el verdadero problema del carbón viene asociado a que la caída del precio del petróleo ha arrastrado el precio de todos los hidrocarburos, incluido el carbón. Y el segundo problema que tienen es la esquizofrenia de algunas fuerzas políticas que quieren eliminar el carbón del mix energético mientras que quieren mantener abiertas las minas y las centrales térmicas. Los mismos que están presionando para la sustitución inmediata y rápida de todas las energías fósiles son los mismos que ahora piden que no se cierren algunas centrales térmicas y algunas minas. Las dos cosas a la vez no es posible.

¿Y qué pasará cuando termine el plazo en 2018?

Creo que habrá un espacio para la minería competitiva, con niveles de producción per cápita mayores pero con volúmenes absolutos de producción más bajos, aunque también dependerá de cómo equilibran nuestros socios europeos y las reglas comunitarias la necesidad de seguir avanzando cada vez más hacia una economía descarbonizada con el hecho de presionar a todo el sector del carbón. Lo que no se puede tener es la esquizofrenia de decir que en 2030 tener el 40 por ciento de renovables y simultáneamente pedir que no se cierren las minas de carbón ni las centrales térmicas. O una cosa o la otra. ¿No es mejor llevar un ritmo más acompasado y no fijar objetivos irreales respecto al cumplimiento de renovables y simultáneamente dar una oportunidad para que se vaya adaptando el sector del carbón? Y ojo con la seguridad del suministro que España es una isla energética. Pero lo que se vocifera en un sitio a favor se vocifera lo contrario en otro: si estamos en una cuenca minera a defender el carbón, si estamos con una asociación ecologista el carbón no lo queremos ni ver.