«No pude gastar 1.200 euros en copas en dos horas"

P.M.
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Un hombre mantiene la denuncia por estafa contra los dueños de varios bares en la capital y una mujer «de compañía» por cobros excesivos en las consumiciones y en compras de alimentación y billetes de avión

Se rompió un pie cuando estaba con dos chicas de compañía y un par de  días después, su madre descubría importantes agujeros en su cuenta corriente. El hombre no supo explicar la razón, y sólo alcanzó  a decir que había sido estafado por el dueño de varios bares, su hijo y dos camareras. Nueve años después ha mantenido en la Audiencia Provincial la misma versión. «Ni queriendo  pude gastar 1.200 euros en dos horas en copas, ni 200 ni 400», reiteró la víctima, quien declaró mediante videoconferencia evitando así volver a verse las caras con Manuel G. C., su hijo Isaac G. y Leticia A. G. O. En la causa hay otra mujer  imputada pero huida de la Justicia.

Según la versión del denunciante, le emborrachaban para sacarle el dinero y según los denunciados se vio obligado a denunciar cuando su madre descubrió el dispendio en la cuenta corriente de su hijo cuando fue al banco al estar escayolado debido a una caída.

En este aspecto también hay disparidad en las versiones. La mujer, de nacionalidad colombiana, que conoció en el bar de los acusados declaró que nunca se quedó con dinero ni le robó, y que era él quien le hacía regalos y le llenaba la nevera. El día que se cayó, según el acusado, se brindó a acompañarla a ella y a otra amiga a su casa porque se lo pidieron. Sin embargo, ella dijo que se cayó estando en su casa, con ellas.

Él lo negó y se presentó ante el Tribunal como un hombre que iba al bar con cierta frecuencia porque  el dueño se había ganado su confianza y amistad. Allí conoció a varias mujeres de compañía que iban a comisión en las copas. Para la fiscal, los hechos denunciados hace nueve años en Ciudad Real han quedado «plenamente» acreditados y por ello mantuvo la petición de cuatro años de prisión para Manuel  G. C.; tres años y seis meses para su hijo Isaac G. C.; y un año y tres meses para Leticia A. G. O.

Según la fiscal, los tres son autores de un delito continuado de estafa y, además de la pena privativa de libertad, solicita que hagan frente a un pago de 10.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

«Se ganaron la confianza del cliente y le estafaron en las consumiciones. Le dejaban en estado de embriaguez o semiembriaguez y no era consciente de las cantidades que pagaba con su tarjeta». Además, según la fiscal, «se le pasaban más copas de las que consumía y por un precio más alto que a otros clientes».

Los abogados de los acusados discrepan y piden la absolución para sus defendidos y, en el caso de que el Tribunal les considere culpables, solicitaron que se tengan en cuentan los atenuantes de dilaciones indebida y en el caso de la acusada, su confesión y colaboración.

El abogado Manuel Morales pidió la absolución para los dos varones acusados porque no han cometido delito alguno. «No se da el tipo de estafa porque un señor que visita locales de alterne y se encierra con siete señoritas sabe a lo que va y lo que puede pasar», arguyó.

Según el letrado, el denunciante no puede alegar desconocimiento de los hechos porque, según declaró, revisaba los movimientos de su cuenta con cierta frecuencia. Para la defensa, no hay lugar a dudas. El denunciante «llevaba una vida desordenada y cuando se rompió un pie en la casa de la encausada, su madre vio el dispendio en la cuenta, pretextó ser víctima de una estafa».

El letrado Luis Fernando Asensio, que representa a la aseguradora, planteó una cuestión técnica respecto a los formalismos procesales. Alegó que se había pasado el plazo de recurso tras archivarse la causa contra los dos encausados. «La resolución es de diciembre y el fiscal recurrió fue en abril del año siguiente». Se pasó el tiempo para recurrir y entiende que hay nulidad que no puede perjudicar al reo. A juicio del letrado, debe hacerse una interpretación acorde con los principios constitucionales.