Caen a menos de un millar los parados que invierten su prestación para montar negocios

Manuela Lillo
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Después de años de crisis, los emprendedores no inician sus proyectos tanto por necesidad como «por oportunidad». Su perfil ha cambiado y se corresponde en mayor medida con mayores de 35 años y mujeres.

Si ha habido una palabra que se ha repetido por los políticos durante los años de la crisis económica esa ha sido ‘emprendimiento’. Esta fórmula se ha señalado una y otra vez como la alternativa para iniciar un nuevo camino laboral y abandonar las alarmantes listas del paro. Sin embargo, el emprendimiento no se lleva a cabo por arte de magia y conlleva un proyecto, trabajo e inversión.       

Para hacer frente a ese desembolso inicial de dinero siempre ha existido la vía de la financiación bancaria, sujeta a los correspondientes intereses, pero también otra alternativa a la que han recurrido otros ciudadrealeños. Consiste en la capitalización del paro, es decir, solicitar el abono de esta prestación por desempleo para destinarlo a la puesta en marcha de un negocio. Sin embargo, durante el pasado año se redujo el número de vecinos que optaron por esta alternativa, situándose por debajo del millar. En concreto, fueron 949 los vecinos que emplearon el dinero de sus prestaciones para esta finalidad, lo que supone una caída del 24,5% en relación con los 1.258 que capitalizaron el paro en 2014. Ambas cifras están muy lejos de las que se alcanzaron en los años de mayor impacto de la crisis económica, 2008 y 2009, con 1.739 y 2.040 demandantes de la capitalización.

Para el presidente de la Asociación Jóvenes Empresarios (AJE) de Ciudad Real, José Manuel Torres Poveda, hay diversos factores que explicarían este descenso. El primero de ellos es que, tras años de dificultades económicas, hay muchas personas que han sufrido el desempleo de larga duración y, por tanto, son menos los parados que han tenido derecho a una prestación contributiva.

Otra de las cuestiones que estaría detrás de ese dato sería la financiación de las entidades financieras a la que han podido recurrir algunos emprendedores, como consecuencia sobre todo de una novedad importante: «Ya no hay tanto emprendedor por necesidad, sino que lo son por oportunidad». Cada vez los emprendedores piensan y preparan más su proyecto antes de ponerlo en marcha y no abren las puertas de un negocio en un afán desesperado de sobrevivir a la dramática crisis que afectó al país, que era el único camino al que se vieron abocados muchos ciudadanos en los años de mayor dificultad.

El hecho de que cada vez haya más empleo por cuenta ajena también hace, según AJE, que sean menos los que tengan que recurrir al trabajo por cuenta propia. Así lo avalan los datos del Ministerio de Empleo, ya que la provincia arrancó 2015 con 65.845 parados en enero y lo cerró en diciembre con 60.342.

En un sentido similar se pronunció el secretario provincial de UGT, Juan Jiménez, quien afirmó que «cada vez hay menos gente con prestaciones grandes por desempleo» y que, por tanto, es difícil invertirlo en un negocio. Además, señaló otro motivo por el cual ha podido descender el número de ciudadrealeños que han capitalizado el paro: «El miedo al fracaso». En estos años se han visto negocios que abrían y cerraban en muy breve periodo de tiempo y detrás quedaban las deudas a las que sus propietarios tenían que hacer frente.

Sin embargo, el presidente provincial de AJE explicó que, según un estudio que han realizado a más de mil empresas que tiene bajo la red del programa ‘Ciudad Real, provincia emprendedora’, se ha invertido la proporción de empresas que fracasan como consecuencia del asesoramiento y tutelaje. Si antes sólo salían adelante un 30%, «ahora ese índice es superior al 60%». Detrás están trabajos más meditados y con asesoramiento especializado.

sectores y perfiles. Los principales sectores en los que se emprende en la provincia guardan relación con los servicios, especialmente en campos relacionados con las nuevas tecnologías, mientras que en sectores tradicionales se apuesta por el comercio exterior, el turismo y también en los idiomas.

Otra de las conclusiones del estudio de AJE es que ha cambiado el perfil de los emprendedores y si antes en su mayoría eran menores de 35 años, ahora suelen exceder esa edad. Además, son más las mujeres que los hombres que dan este paso.