Además de la primera derrota (0-3) en casa del Yugo UD Socuéllamos, el partido ante el Barakaldo también dejó la expulsión de Antonio Ocaña, que veía la segunda cartulina amarilla cuando ya se había rebasado el minuto 90, dejando a los blanquiazules con uno menos sobre el terreno de juego con un partido totalmente decidido para el equipo fabril.

El jugador andaluz, que ingresó en el terreno de juego tras el descanso, se mostraba «sorpendido» por una acción que se producía al saque de una falta junto al medio campo visitante. «Cuando voy a sacar la falta se me adelanta un jugador contrario y le digo al árbitro que había solicitado distancia, diciéndome que no se había dado cuenta, y es cuando le contesto que estuviese atento a estas circunstancias». Para el jugador, «el árbitro cuando me saca tarjeta se da cuenta que es la segunda y ya no puede rectificar», pero añade que «creo que esta acción no es suficiente para sacar tarjeta, y más viendo cómo estaba el partido, resuelto para el contrario y ya en el minuto 93 de juego».

Pese a ello, el jugador socuellamino sabe que «la culpa es mía, porque sé que no debería haberme dirigido al él», aunque indica que «era un momento complicado. Tienes que tener la mente fría y yo caí en la tentación de dirigirme al árbitro», pese a reconocer que «debí haberlo evitado y más en un jugador como yo, con experiencia».

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