El balón parado se alía con un pobre Atlético de Madrid

AGENCIAS
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Los 'colchoneros' vuelven a mostrar un juego gris ante un Eibar que mereció más

El balón parado se alía con un pobre Atlético de Madrid - Foto: ANDREA COMAS

El Atlético de Madrid consiguió ayer su primera victoria en la Liga al imponerse por 2-1 al modesto Eibar que le plantó cara durante todo el encuentro, pero que no vio premiada su labor con el empate que, en muchas fases del encuentro, mereció.

El equipo conducido por el argentino Diego Pablo Simeone, sentado en la grada por sanción, se repuso del empate en el debut en el campeonato doméstico contra el Rayo Vallecano y ganó en el estadio Vicente Calderón, donde en los prolegómenos del choque recibió el trofeo que le acredita como campeón de la temporada pasada. A pesar del triunfo, el juego de los ‘colchoneros’ todavía está en entredicho.

El conjunto madrileño se impuso gracias a dos goles productos de jugadas de balón parado, anotados por Joao Miranda y el croata Mario Mandzukic y pasó toda la segunda mitad incómodo, sin la posesión de la pelota y a merced de los ataques de su rival.

El Eibar, que cuenta con el presupuesto más bajo y la plantilla más modesta de la Primera División, dio una muestra de personalidad ante el último campeón del certamen y hasta pudo arañar un empate. Abraham, con un golazo desde la puerta del área rival, descontó a favor del equipo vasco, que mantuvo el resultado en suspenso hasta el pitido final.

Así, el Atlético vivió dos realidades diferentes en el inicio y el final del espectáculo: poco antes del inicio del partido recibió la copa del título liguero y, al finalizar el encuentro, se quedó con la sensación de que a su fútbol le falta mucho trabajo. El equipo ‘colchonero’ todavía no pudo encontrar las transiciones ofensivas rápidas y está a un toque del año anterior.

Mandzukic necesita más tiempo de trabajo con los mediocampistas, mientras que Siqueira no ofrece las garantías de salida que daba Filipe Luis durante el último curso. Dos jugadas de balón parado y dos descuidos defensivos del Eibar le dieron oxígeno a los anfitriones en los minutos iniciales, pero el final fue más sufrido que otra cosa para el anfitrión.

De hecho, el equipo de Gaizka Garitano tuvo el empate en el último minuto, pero Ángel envió un mano a mano desviado junto a un palo después de un error de cálculo de Diego Godín.