Uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector de control de plagas y desinfección, son los protocolos y procedimientos relacionados con las desinfecciones de aquellos lugares en los que haya podido estar un enfermo de ébola o haya algún tipo de riesgo de contagio. Una materia sobre la que estos protocolos están aún en fase de creación, y que mantiene a la expectativa a las empresas que se dedican a esta actividad.

Procedimientos que en principio no deberán diferir mucho de los ya existentes de nivel 3 de seguridad, empleados para virus y bacterias, pero que dada la situación que se está viviendo requiere «tener todo bien regulado y protocolizado».

Protocolos en cuya elaboración las empresas de control de plagas y desinfección «no están siendo parte activa», al  estarse elaborando «a nivel del Ministerio y de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental», tomando como punto de partida los protocolos internacionales.

Así lo ponía de manifiesto ayer en Toledo la presidenta de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (Anecpla), momentos antes de participar en la inauguración del encuentro dirigido a los profesionales del sector de servicios biocidas de Castilla-La Mancha, responsables de salud pública y a los diferentes integrantes de esta industria.

Un encuentro en el que además de informar sobre este reto que supone el ébola, también se  abordaban otras cuestiones de gran relevancia para el sector, como la certificación profesional.

Para ello se contaba con la participación de representantes de las consejerías de Sanidad y Empleo, desde las que se debe poner en marcha este proceso de certificación profesional vía la experiencia laboral. Se ofrecían así detalles sobre esta certificación, «en qué consiste, y cuándo va a iniciarse» en Castilla-La Mancha, apuntaba Gil.