«Espero emocionar; que la música llegue a los corazones y permanezca en la memoria»

Carmen Ansótegui / Madrid
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Ivor Bolton debutó en 1994 y desde entonces ha dirigido numerosas producciones de Verdi y Händel con la Bayerische Staatsoper de Múnich. Un año después se subió al escenario del Covent Garden de Londres y en el 2000 participó en el Festival de Salzburgo. Ha trabajado en los principales centros líricos como La monnaie, La Opéra national de Paris o el Liceu de Barcelona. Recientemente ha sido designado director musical del Teatro Real de Madrid. Hoy, con motivo de la conmemoración del IV centenario del Greco, llega a la Catedral de Toledo con la orquesta del Teatro Real para dirigir el Réquiem de Mozart.

La cita de hoy se suma al programa conmemorativo del IV centenario del Greco ¿qué le parece la obra del pintor?

No soy experto en arte pero su trabajo me parece increíble. Tiene una gran profundidad, un gran poder, algo que produce un gran efecto. Siempre que voy a una exposición voy lo primero a ver las obras del Greco. Creo que es un símbolo de la capacidad que tuvo España de atraer a los mayores artistas.

Han elegido interpretar el Réquiem KV 626 de Mozart para la cita en la Seo toledana. El austríaco es uno de los compositores más grandes de la historia pero ¿qué fue lo que le llevó a especializarse en su obra?

He adorado a Mozart desde joven, aunque eso es algo que muchos directores tenemos en común. Lo que más aprecio de sus composiciones es ese equilibrio entre la humanidad y la parte dramática que hay en su música. Hay muchos que son buenos en la parte dramática pero en Mozart existe además esa afirmación de la fe en los valores humanos. Hay un ejemplo en las Bodas de Figaro en el sexteto del tercer acto. Hay una situación complicada en la que están todos enojados pero trasciende en la música un optimismo, una creencia de que la naturaleza humana es buena en sí.

Esta obra se enmarca en una gran tradición de réquiems de la escuela de Salzburgo ¿qué le diferencia de los réquiems de otros compositores?

El trabajo profundo de esta obra. Es una música absolutamente sublime que trasciende al propio encargo del réquiem. Los compositores checos escribían todas las semanas siguiendo las peticiones del arzobispo de Salzburgo pero Mozart es un genio absoluto que se sitúa a otro nivel. Haydn escribió otro réquiem hermosísimo en otra tonalidad y aunque en parte del mundo esto se desconoce fue una gran fuente de inspiración para Mozart. Lo cierto es que el réquiem que interpretaremos hoy perdurará en la música durante cientos de años.

Existe una teoría que asegura que Mozart estaba obsesionado con la muerte tras el fallecimiento de su padre y pensó que este réquiem que compuso se convertiría en la melodía que sonaría en su propio funeral. ¿Cree en esta leyenda?

Creo que es una versión romántica más propia de Hollywood. Mozart podía tener entorno a los 30 años así que no podía pensar que se iba a morir a corto plazo. Era un músico, un gran trabajador que vivía inmerso en los problemas cotidianos de pagar sus facturas, vivir su vida o sus amores. Esta clase de mitos que idealizan a los músicos como personajes tráficos surgen en el siglo XIX.

El austríaco murió dejando el réquiem incompleto. ¿Por qué optan por interpretar la finalización de su discípulo Franz Xaver Süssmayr?

Hemos decidido utilizar la versión que nos ha parecido más neutral y cercana a Mozart. Süssmayr es un contemporáneo de Mozart y estuvo vinculado a él. Yo he interpretado muchas terminaciones distintas. Todas tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Hemos pensado que esta era la versión adecuada para su interpretación en la Catedral de Toledo porque no pretendíamos atraer la atención hacia la validez de la versión en cuestión sino hacia el propio réquiem de Mozart.

¿Qué problemas presenta la versión de Süssmayr?

Comete algunos errores de armonía aunque incluso Mozart en su tiempo los cometió. No todo lo que hizo hasta su muerte fue perfecto. A pesar de este inconveniente, la de Süssmayr, es la terminación más clara y simple.

¿Qué pensó cuando le propusieron actuar en la Catedral Primada?

Estamos hablando del edificio más importante de la cristiandad occidental y una de las más grandes obras de los compositores de occidente. Se podría decir que es la celebración de la cultura occidental. Nuestra cultura logra expresar el triunfo de la naturaleza humana, un logro que ninguna otra cultura ha alcanzado. La Catedral de Toledo no es un problema sino una oportunidad de llevar a cabo un acto fantástico como la interpretación de este réquiem. Es una maravillosa sala y una obra maravillosa esperemos que la interpretación lo sea también.

Sin embargo actuar en la Seo implica tener que adaptar su interpretación a la acústica ¿cómo afronta este reto?

Personalmente estoy acostumbrado a la acústica de estos entornos eclesiásticos porque fui director musical de música de capilla. En los ensayos ya se tiene en cuenta y se modifica la articulación y en el modo de interpretar de los instrumentistas. Sin embargo, la acústica siempre es distinta para cada oyente en cualquier sala sólo que esto es llevado al extremo en una Catedral que además, tiene la cuestión de la resonancia. Por esto es tan maravillosa y emocionante la música en directo.

¿Cómo está siendo el trabajo con el coro, la orquesta y los solistas de cara a la actuación de hoy?

Está siendo muy positivo. Todo el mundo está encantado de ir a Toledo. Se produce un ambiente especial cuando una compañía de ópera se coloca en modo de concierto. Es una sensación de estar en el ojo del huracán y da una energía muy característica. Estoy muy contento porque se hayan vendido todas las entradas en tan poco tiempo. Espero emocionar al público y que la música llegue a sus corazones y permanezca en su memoria.

Recientemente le han nombrado director musical del Teatro Real para la próxima temporada 2015/2016. ¿qué le impulsó a dar el paso?

El Teatro es excelente. Tiene un alto nivel y mayor potencial. Tanto la orquesta como el coro son muy buenos y ambos están mejorando. Este teatro me ofrece la posibilidad de trabajar intensamente y crecer profesionalmente. Además por aquí han pasado grandes directores artísticos como Emilio Sagi, Gerard Mortier y ahora Joan Matabos. El Teatro Real tiene una historia reciente muy activa.

¿Qué retos se marca al frente de la orquesta?

Tenemos grandes proyectos para los próximos cinco años. Me gustaría que el Teatro Real fuera uno de los puntos de referencia para todos los artistas que pasen por Madrid. Ya es uno de los principales teatros europeos y me gustaría consolidarlo. A diferencia de otros, tenemos un gran futuro. Quiero poder ofrecer al público de Madrid lo mejor de la gran ópera.

¿Qué papel cree que tiene la música clásica en la sociedad?

Un acontecimiento musical en directo es algo imprescindible. Es importantísimo que en la escuela se introduzca la música clásica desde edades tempranas. Debería estar prohibido que alguien no haya escuchado una sinfonía de Beethoven antes de los 18 años. ¿Por qué somos capaces de leer un libro y no una partitura? Deberíamos ser estrictos y reclamar con fuerza esta cuestión.