La aparición de contenedores quemados se está convirtiendo en una práctica habitual en la zona de La Mancha, por lo que la Mancomunidad de Servicios Comsermancha ha mostrado su preocupación por el alto número de contenedores de residuos urbanos y selectivos quemados en el último año. Así por ejemplo, a fecha de noviembre de 2018, la mancomunidad ha registrado un centenar de recipientes calcinados, y las previsiones no son nada halagüeñas, ya que se prevé en aumento hasta finalizar el año. De momento, a falta de varias semanas para despedir el año ya han aparecido algo más de un centenar de recipientes calcinados en la comarca que, según comentan desde Comsermancha, supone sustituir más del doble de los contenedores inicialmente previstos y concertados con la empresa adjudicataria del servicio.
Pero 2018 no ha sido el único año en el que ha predominado la imagen de contenedores totalmente arrasados por las llamas. El gerente de la mancomunidad, Antonio Martínez, asegura que el año pasado ya se cerró con la pérdida de 160 contenedores por este motivo, aunque la cifra más alta, recuerda, se produjo en 2016, con un total de 164.
El mayor número de incidencias se han contabilizado en Tomelloso y en Alcázar de San Juan. En esta última localidad, la cifra se elevaba hasta el medio centenar a fecha del pasado mes de septiembre, tal y como informaron fuentes municipales, quienes lamentaron estos incidentes, «que se están investigando», subrayan las mismas fuentes.
Ante esta situación, la mancomunidad está realizando ya diferentes actuaciones a fin de poder reducir los contenedores quemados y descubrir a los autores. Así lo comenta a La Tribuna el presidente de la mancomunidad, Pedro Ángel Jiménez, quien asegura que se está estudiando la puesta en marcha de diferentes medidas y campañas con la complicidad de los ayuntamientos, especialmente en aquellos con mayor número de población donde las incidencias han sido superiores.
Aunque la mayoría de los casos de contenedores quemados se deben a actos de vandalismo, también se han registrado por un mal uso. En este sentido, Jiménez pidió a los vecinos extremar las precauciones a la hora de arrojar cenizas o brasas a los contenedores de residuos urbanos, y les animó a denunciar las conductas incívicas en su uso de las que sean testigos. Y es que, la sustitución de cada contenedor supone «unos mil euros». Una cantidad «importante» resalta, y más, insiste Jiménez, cuando se trata de dinero público.
Con el aumento del frío y de los sistemas de calefacción de leña, se incrementan considerablemente las cenizas y rescoldos de las lumbres que se arrojan a los contenedores, provocando en muchos casos el incendio del propio contenedor, y que puede propagarse al resto de contenedores o vehículos próximos provocando importantes pérdidas económicas. Es por eso que desde Comsermancha se solicita a los vecinos de los 21 pueblos que forman la mancomunidad de que se aseguren de que los restos arrojados están totalmente apagados.