Quiénes mandan en el Gobierno

Pilar Cernuda
-

Pedro Sánchez es el presidente con todas las de la ley, pero desde Ferraz apuntan a que su gurú y asesor es Iván Redondo

Cuando se pregunta a un ministro quién manda en el Gobierno, la respuesta es idéntica a la que dan otros compañeros del equipo: «Pedro Sánchez» o «El presidente». Respuesta distinta es si la pregunta se formula a socialistas que se han quedado en Ferraz y que acariciaban la idea de que el secretario general del partido pudiera contar con ellos: «Manda Iván Redondo». 

Él es el gurú de Pedro Sánchez desde hace varios meses, y tanto sus detractores como sus defensores coinciden en adjudicarle la idea de aprovechar la sentencia del caso Gürtel para intentar el asalto a La Moncloa. Aunque en buena ley habría que decir que la persona que primero pronunció las palabras «moción de censura» fue Pablo Iglesias. Pero Redondo las pilló al vuelo, vio además que gustaba a Ciudadanos porque creyó que era la oportunidad de que se celebraran unas elecciones anticipadas, y convenció a Sánchez de que la moción podía ser una jugada maestra que le convertiría en presidente. 

No se equivocó. Sánchez es hoy presidente con todas las de la ley, tan legítimo como si hubiera ganado unas elecciones, y Redondo recibió su justa recompensa: jefe de gabinete del presidente. Manda más que la mayoría de los ministros, por no decir que todos. Es lo habitual cuando el presidente de Gobierno confía plenamente en su cabeza estratégica, comparte con él todos sus secretos, se deja aconsejar y considera que tiene la fortuna de contar con una persona a su lado que ve más allá que ve el común de los mortales. Redondo, persona abierta y capaz, aunque con un ego desbordado, está cuestionado entre los politólogos porque le gusta la sobreexposición. Pero vale.

Encandiló a Pedro Sánchez, y además le asombró con su currículum como asesor de innumerables partidos españoles y extranjeros, aunque los profesionales aseguran que se trata de una trayectoria hinchada. Puede ser, pero es evidente que ha llegado a una situación de máxima influencia. Lo que se preguntan los sanchistas es cómo se las arregló para que el presidente se fuera distanciando y se quedara fuera de juego de Juanma Serrano, su alter ego, su hombre más leal cuando vinieron mal dadas. 

También se quedó sin despacho en Moncloa, Maritcha Ruiz, que fue directora de comunicación del PSOE, aunque todas las quinielas la colocaban en la Secretaría de Estado de Comunicación, cargo que finalmente ocupa un veterano periodista de la cadena Ser, Miguel Ángel Oliver. 

otros FUERTES. La guardia pretoriana de Sánchez antes de llegar a Moncloa la formaban José Luis Ábalos y Carmen Calvo, y en menor grado, Adriana Lastra. También era persona de toda confianza Margarita Robles, de ahí que Sánchez le pidiera que se hiciera cargo del grupo parlamentario. Desde entonces no fue tan estrecha la relación, probablemente porque ni Sánchez tenía escaño ni Robles concitaba entusiasmos generalizados en un grupo desarticulado, falto de experiencia y que no ocultaban su recelo hacia una portavoz no militante. En Defensa, Margarita Robles tendrá un relevante papel institucional, pero es difícil que su voz sea determinante en el Consejo, al igual que Fernando Grande Marlaska, ministro de Interior. Sin embargo, su criterio será determinante cuando el Gobierno deba decidir sobre Justicia. Por ejemplo, qué se puede impulsar desde el Gabinete para que, sin interferir en decisiones que competen a los jueces, los independentistas que cumplen condena puedan ser trasladados a cárceles cercanas a sus domicilios, como han solicitado.

Los pesos pesados del Gobierno son la vicepresidenta Carmen Calvo, que además es constitucionalista, y el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que maneja el presupuesto más alto del Gabinete. Los dos son ministros de gran influencia. Como ocurre, por motivos relacionadas con la relevancia de su cartera, con Nadia Calviño. La responsable de Economía tiene un papel fundamental, aunque no sea más que porque de ese departamento depende que los otros hagan realidad sus proyectos.

En principio no se encuentra en el grupo de los poderosos la titular de Educación, Isabel Celaá. No tendrá forma de pactar la reforma educativa, pero su cara será familiar porque comparecerá todos los viernes tras el Consejo de Ministros. 

Caso parecido al del ministro de Cultura, que tendrá una presencia constante porque debe acompañar a todas las autoridades que acudan a cualquier tipo de acto cultural, incluidos los Reyes, pero que probablemente ha alcanzado su cuota máxima de protagonismo al ser el sucesor de Maxim Huerta. Aunque José Guirao será valorado por su propia trayectoria.

Dos catalanes pueden ganarse un puesto entre los más influyentes. Josep Borrell un hombre importanet en la Historia socialista y con la cartera de Asuntos Exteriores, mientras que Maritxel Batet va a llevar el peso de la negociación con los independentistas catalanes. Se espera que surjan pronto las discrepancias. Uno de los dos acabará imponiéndose sobre el otro.