Todas las academias cierran en junio su curso con representaciones a cargo de sus alumnos y teatros pero pocas logran hacerlo con un musical como lo hace Musicaula desde el año pasado. Supone «una vuelta de tuerca» con la intención de formar a los alumnos en aspectos como «expresión corporal» o «interpretación» y como una muestra «de lo que se está realizando en el curso». Son muchas menos aún las que logran que un espectáculo planteado de esa manera acabe llamando la atención de una productora y que tenga la posibilidad  de girar por España. Esta es la sorpresa que les ha llegado a los 40 bailarines y músicos que conforman Chicago, la última producción de la escuela y que tras se disfrutada por un millar de espectadores entre Ciudad Real y Miguelturra puede pasar del mundo amateur al profesional, gracias a «la repercusión mediática», que  es la que ha llevado a una productora de ámbito estatal a fijarse en Musicaula, expuso Juan Carlos Merino,  gerente de la academia y coreógrafo de Chicago.  «Estamos en negociaciones y lo hemos comentado con todos los alumnos de la escuela, de la disciplina de arte, en Musicaula», expuso. Los alumnos han dicho que sí, lo que implica una mayor dedicación al baile y a la música para dar el toque profesional que se necesita para girar.