El queso como acontecimiento

D. M. | Madrid
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Manzanares Antonio de la Manzanara destaca la centralidad de la población situada en la A-4

Siempre hay un momento para visitar Manzanares». Así enlazó el regidor de la localidad, Antonio López de la Manzanara, su puesta de largo para «vender» las bondades del municipio apeado en la A-4 y enlazado por la red ferroviaria. Al igual que Alcázar de San Juan, Manzanares no es una  desconocida para aquellos viajeros que cruzan la meseta manchega. Con más o menos desconocimiento, la localidad es un cruce de caminos tanto para el Levante como para el sur de España. Suele ser parada obligatoria para el conductor de la A-4 que utiliza la ruta camino a Andalucía.

De la Manzanara llegó a Fitur con un queso debajo del brazo. Su principal embajador y reclamo al turista que quiera deleitarse con el «mejor queso del mundo», recordó con orgullo el regidor. «Es el único museo dedicado al museo manchego», levantado en una casa solariega donde el visitante llega a conocer todos los procesos por los que este producto atraviesa hasta llegar al plato de una mesa: transhumancia, fases de maduración,  mecanización y una sala donde el queso se funde con el vino a modo de «maridaje» perfecto de los dos referentes gastronómicos por excelencia de La Mancha. Y de postre: una exposición a modo de galería de arte que no deja indiferente a nadie.

El alcalde tachó en rojo en la agenda de actividades de Manzanares la segunda edición de la feria dedicada al queso. El éxito de la experiencia del año pasado ha llevado a De la Manzanara a volver a poner a disposición de las 43 queserías de 11 comunidades autónomas de 2014 a  que vuelvan con las 120 variedades a vivir una nueva fiesta del queso.

Pero el viajero no sólo vive de queso. El patrimonio de la localidad manzanareña es también rico: el castillo de Pilas Bonas del siglo XIII, la iglesia de la Asunción con el portón plateresco, la rehabilitación de un molino de agua del siglo XVI o el paseo del Sistema Solar.

Como cada año, las referencias a la cogida en 1934 del torero Ignacio Sánchez-Mejías en la plaza de Manzanares son obligadas para llamar la atención del turismo que gusta de la tauromaquia. Las visitas guiadas de aquella tarde trágica son potenciadas por el Ayuntamiento para rememorar un fatal desenlace que escritores y poetas de la Generación del 27 también se hicieron eco del famoso matador que murió en el albero manzanareño. El tour por el coso incluye la vista a la enfermería, la capilla, los corrales y a otras dependencias.

Otra de las novedades que el actual equipo de Gobierno ha recuperado para la ciudad son las jornadas medievales. Manzanares vuelve al pasado para revivir la elección de los alcaldes, la misa medieval con ropajes de la época, las calles engalanadas para adentrarse en la historia del medievo y velar las armas. Son, a juicio del alcalde, unas jornadas «singulares» en las que participan gran parte de la localidad y que ha conseguido una «gran aceptación» de los vecinos y de los forasteros que por esos días se acercan a vivir de cerca la fiesta medieval.

Como buen pueblo manchego, tampoco falta el vino y las jornadas de 'Alma de vino' en noviembre, donde se catan los caldos jóvenes de la vendimia reciente y se visitan las bodegas de la localidad.