El Hotel NH de la capital de la provincia acogió esta mañana una jornada que citó a directivos y representantes de alrededor de un centenar de empresas para ahondar en la responsabilidad social corporativa, que incluye el compromiso con el desarrollo sostenible y con el entorno en los balances de las empresas ahondando en su matiz más social y de relación con lo que le rodea.
La jornada, auspiciada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y CaixaBank, contó con ponentes de cuatro firmas diferentes, que expusieron desde su experiencia personal y profesional lo que supone para las empresas aventurarse a la apuesta por la responsabilidad social corporativa. Los ponentes de la jornada fueron Isabel Sánchez, directora general de Comunicación y Personas de Delaviuda; Carmelo Angulo, socio-director de Angulo y Barturen; Meritxell Ripoll, directora de Responsabilidad Corporativa de CaixaBank; y Ana Sainz, directora general de la Fundación Seres.
Antes del acto, María Jesús Catalá, directora territorial de CaixaBank, y Rafael Rodríguez, consejero de APD, aportaron las claves de una jornada que «pretende concienciar a todos los empresarios de la importancia que tiene la responsabilidad social corporativa en el mundo empresarial, porque la actividad de las empresas no sólo debe ir orientada al negocio sino que debe, cada vez más, pensar en su entorno, en las personas que trabajan en la empresa y en aquellas que viven en su entorno».
Este planteamiento, que según apuntó Rodríguez «ha llegado para quedarse», por lo que las empresas deben asumir que «la responsabilidad social corporativa es un bien que se tiene que incorporar a su funcionamiento», ha calado con mayor profundidad en las grandes empresas, que ya incluyen planes en esa dirección en sus perspectivas, «pero ha llegado el momento de que llegue también a la pyme».
«Todas las empresas deben vincularse para aportar al entorno más allá de lo derivado de su propia actividad», aseguró Meritxell Ripoll, que cree que en los objetivos de las mismas «deben incluirse programas y planes que trasladen valor a la sociedad y la gente», y se refiere con ello a «todas las empresas, sin importar tamaño, porque si se transmite que una empresa tiene obligaciones y responsabilidades con su entorno se puede aportar muchísimo, y seguro que sus clientes las ven con otros ojos».
«La responsabilidad social corporativa debe entrar en los balances y en el patrimonio de la empresa, que debe aportar valor a la sociedad», finalizó Rafael Rodríguez.