Las tres personas que el viernes por la mañana asaltaron a mano armada la sucursal bancaria de Llanos del Caudillo se llevaron un total de 7.800 euros, según ha podido saber La Tribuna. Los hechos ocurrieron sobre las 10.00 horas, momento en el que los ladrones  consiguieron entrar a la entidad aprovechando el paso de una mujer, a la que también le robaron el bolso. En ese instante, dentro de la sucursal, que está ubicada e la calle Cañizares de esta pequeña localidad, sólo se encontraban otra clienta y el único empleado.  Pese a que los atacantes le pusieron la pistola en el pecho para acceder al dinero, «no hubo que lamentar daños personales», según indicó tras los hechos el alcalde de Llanos del Caudillo, Santiago Sánchez.

Tal y como confirmó a este medio, durante el día de ayer aún no se tenía conocimiento de la identidad de los asaltantes ni de si habían sido detenidos. Precisó, no obstante, que los vecinos que presenciaron el suceso aportaron a los investigadores todos los datos de que fueron capaces, que fue la marca del vehículo en el que escaparon, uno de alta gama, y que éste llevaba la matrícula tapada. También señalaron que los ladrones llevaban la cara totalmente cubierta, lo que dificultará su identificación.  Según indicaron los testigos, inmediatamente tras el atraco huyeron en su coche por la carretera autonómina en dirección a Alcázar de San Juan y Manzanares, mientras eran perseguidos incluso por alguno de los vecinos. La Guardia Civil está llevando la investigación de los hechos.

Este suceso revolucionó a la población de Llanos del Caudillo, que cuenta con 730 habitantes. Uno de los vecinos, que regenta un negocio cerca del lugar de los hechos, afirmó que se trata de gente que reside en Manzanares, pero que «con frecuencia viene a Llanos a efectuar los robos». De hecho, según explicó el alcalde de la localidad, que hace poco más de dos años se produjo un suceso similar en el mismo establecimiento de la calle Cañizares, aunque pertenecía a otra entidad. Por ello, tenía instalado un dispositivo de seguridad que impedía su apertura desde fuera, pero los atracadores, que conocían este hecho, aprovecharon la entrada de una clienta para acceder.