Por qué decidió escribir este libro sobre Responsabilidades en materia de caza?

Primero, porque ahora mismo no hay nada escrito desde un punto de vista práctico sobre responsabilidad en materia de caza y, segundo, porque cada vez hay más problemas con los cotos de caza. Se trataba de aprovechar mi paso en la Federación Española de Caza para poder hacer una cosa útil que yo la concebí desde el primer momento como una herramienta de trabajo para los gestores de coto y, sobre todo, para las sociedades de cazadores.

¿Era el momento adecuado?

En los últimos años se habla, incluso en la prensa, de los daños provocados por las piezas de caza. Es una situación relativamente novedosa porque es en el año 2007 cuando se empiezan a disparar las poblaciones de conejos; en la zona de La Mancha es constante el que haya problemas con los cultivos y con los conejos y entonces surge este tema. Las sociedades tienen que afrontar una situación para la que no están preparadas, para la que no tienen conocimientos, ni dinero, pues se empiezan a afrontar reclamaciones, se mete Agroseguro por medio y entonces se genera una litigiosidad y una situación de inseguridad jurídica, por lo que yo veo que es el momento de hacer un manual práctico que concibo como una herramienta.

¿Qué soluciones plantea para esos problemas?

Soluciones no hay, porque la solución es de control de poblaciones, pero lo que sí hago es, en román paladino, que el gestor de un coto de caza pueda comprender cuáles son sus responsabilidades, hasta dónde alcanzan y qué posibilidades de defensa tiene. Lo que también deja claro el libro es que vivimos en un país en el que reina la inseguridad jurídica, por ejemplo, en el tema de accidentes de tráfico, analizo cómo existen al menos tres líneas jurisprudenciales sobre un mismo tema.

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