El obispo critica a la izquierda por querer derogar el Concordato

latribunadeciudadreal.net
-

En su carta semanal, Antonio Algora recuerda que estos acuerdos son tratados internacionales que no conceden privilegios y que se firmaron cuatro años después de la muerte de Franco

El obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, criticó ayer a los políticos de partidos de izquierda que están a favor de derogar el Concordato con la Santa Sede. «Hay que señalar con toda verdad que los acuerdos son tratados internacionales que no conceden privilegios, sino que establecen relaciones de reciprocidad por las que ambas partes se comprometen a observarlas y así se forma un cuerpo jurídico que da estabilidad y seguridad a los firmantes», subraya en su carta semanal que dirige a los fieles.

«Les debemos pedir a los políticos que se alinean en esa izquierda contraria a mantener los pactos establecidos -en referencia a los acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede- que consideren el acierto que supone establecer tratados internacionales, con los que los estados modernos ganan en prestigio y seriedad en las relaciones interestatales, hoy más necesarias que nunca», continúa la carta del obispo, que afirma que estos acuerdos, a los que se les llama genéricamente Concordato, se firmaron el 3 de enero de 1979, cuatro años después de la muerte de Franco y después de proclamarse la Constitución.

Hay que recordar que el nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, propuso directamente, en la carrera electoral para alcanzar la Secretaría General de su partido, la derogación del Concordato, y a inicios de agosto propuso aprobar una Ley de Libertad Religiosa que sustituyese ese Concordato con la Santa Sede.

Para Antonio Algora, estos acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede suponen, en sentido amplio, «asegurar la paz social que evite arbitrariedades puntuales». «Paz social de la que tenemos experiencia en estos casi 36 años en los que contamos con un amplio abanico de gobiernos municipales, autonómicos y centrales de un variado espectro de partidos políticos», agrega.

«La necesaria separación Iglesia-Estado se ha ido consolidando y nos permite vivir sin más sobresaltos que los que proceden de la ignorancia o los buenos y malos quereres de los individuos eclesiásticos y no eclesiásticos. Que no tema nadie, la Iglesia de hoy y ahora, con el papa Francisco, hace mucho bien cuando se ocupa en que la Palabra de Dios sea acogida y manifieste su potencia liberadora y renovadora», afirma Algora.

(Más información en la edición impresa)