La subida del SMI "transgrede la negociación colectiva"

I. B.
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Fecir sostiene que los incrementos salariales deben acordarse en las mesas sectoriales «y no imponerse» y alerta de sus efectos en el campo o la hostelería, mientras los sindicatos defienden un alza «necesaria»

La negociación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado pactado por el PSOE, en el Gobierno, y Podemos sigue adelante. Ambos partidos buscan aliados con los que sumar una mayoría suficiente que asegure la aprobación de unas cuentas que son la piedra de toque para el proyecto de gobierno de Pedro Sánchez, el termómetro con el que medir su capacidad de dar estabilidad a un Ejecutivo en minoría parlamentaria. El proyecto de presupuestos lleva aparejadas algunas medidas sobre las que se ha hablado y escrito mucho desde hace semanas, y quizá la que concentra un mayor debate es la que se compromete a elevar hasta los 900 euros mensuales (14 pagas) el salario mínimo interprofesional en España, hasta el punto de que el propio Ejecutivo es la medida que más ha matizado desde entonces, asegurando que la subida del salario mínimo no conllevará un incremento en la base de cotización de los autónomos. Ese retoque no ha conseguido, en cambio, salvar las reticencias que desde algunos sectores oponen a la medida, que la patronal ciudadrealeña considera que transgrede la negociación colectiva y advierte de sus efectos en sectores como el campo o la hostelería.

La subida del salario mínimo interprofesional prevista por el Gobierno de Pedro Sánchez para el próximo ejercicio sería la mayor desde el año 2002, al incrementar el mismo en un 22,3 por ciento con respecto a este año. El SMI, de aprobarse los presupuestos que incluyen su revalorización, crecería hasta los 900 euros mensuales (14 pagas) desde los 735,9 en el que está fijado para este año, lo que supone multiplicar por tres la mayor subida del salario mínimo en lo que va de siglo. Hasta ahora, los incrementos porcentuales más elevados fueron los del año 2014 (en dos tramos, ya que el SMI se revalorizó el 1 de julio), con un 8,7 por ciento con respecto a 2013, y el año 2017, cuando creció un 8 por ciento con respecto al de 2016. La subida que proyectan PSOE y Podemos es del 22,3 por ciento.

La medida ha alineado a uno y otro lado a patronal y sindicatos. Desde la Federación Empresarial de Ciudad Real (Fecir) consideran que la subida salarial unilateral que conlleva el incremento del salario mínimo transgrede la negociación colectiva. «Las subidas salariales deben hacerse desde la negociación colectiva y no imponerse de forma unilateral», aseguró Carlos Marín, presidente de la patronal ciudadrealeña, que apuntó que esas subidas «sin tener en cuenta la situación sector por sector pueden ser muy perjudiciales». Para defender las mesas de negociación como herramienta, Marín explicó que «la mayoría de los convenios que hemos negociado en esas mesas están por encima del actual SMI», y que es desde esas mesas desde donde hay que abordar «una subida que sí, que creemos justa porque cuando la cosa mejora debe mejorar para todos, pero que no se puede imponer a todos los sectores y menos en un territorio de pyme y micropyme como el nuestro, porque va a incrementar los costes laborales para las empresas». Algo que, advierte, puede conllevar la pérdida de empleos.

En el extremo contrario se sitúan los sindicatos, que defienden una medida que ha de tomarse «si no queremos caer en la recesión», afirmó José Manuel Muñoz, secretario provincial de CCOO, que aseguró que la relación causa efecto a través de la cual hay voces que enlazan la subida del SMI y la destrucción del empleo «no es tal». «Hay que ser más prudentes en las declaraciones que se hacen porque esa relación causa efecto no existe», dijo Muñoz, que puso como ejemplo que en los dos últimos años el SMI «ha crecido un 12 por ciento y se han creado 600.000 empleos cada año». Por ello, cree que la productividad en el país «permite subidas salariales» y recordó que si en la crisis se ajustaron los salarios «es de justicia que en la recuperación también se eleven», al tiempo que señaló que los sueldos directivos «han crecido obscenamente, y sobre ello no ha advertido nadie».

Esa opinión la respalda también Juan Jiménez, secretario provincial de UGT, que cree que la subida del salario mínimo interprofesional «persigue que los trabajadores tengan un sueldo medio digno con el que poder vivir». Jiménez también alude a estudios realizados en otros países, «como Alemania», en los que la subida del salario mínimo «supuso la creación de empleo, y en ningún caso la destrucción», por lo que considera que el hecho de ligar la subida salarial al posible retroceso en la creación de puestos de trabajo «no tiene que ver con la realidad».

sectores más vulnerables. La subida del SMI afectaría a todos los sectores pero no en todos tendría la misma incidencia. Tres de los más vulnerables en la provincia de Ciudad Real son el campo, la hostelería y el comercio por el volumen de empleo que generan en este territorio, y también porque en el caso de la hostelería y del campo, buena parte del empleo que se genera es de carácter temporal.  

No todos esos sectores tienen la misma percepción sobre la afectación que esta subida del SMI tendría para ellos. El más afectado, quizá, sería el campo, porque a los problemas de rentabilidad de los cultivos por los bajos precios se añadiría el incremento de los costes laborales. La hostelería cree que la subida del salario mínimo interprofesional afectaría a un 20 por ciento del empleo total del sector, sobre todo a los contratos de prácticas, y podría repercutir en los precios. El comercio, por su parte, mantiene la duda de si el incremento de los costes laborales que conllevaría esa subida se compensaría por el repunte del consumo.