Pluriempleo por imposición

I. B.
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Miriam Lora es una de los miles de trabajadores que se mueven en la frontera del salario mínimo gracias, eso sí, a compaginar dos trabajos y a «renunciar a muchas cosas»

Los meses que puede optar a objetivos en la captación de socios para la ONG para la que trabaja, Miriam Lora puede aspirar a cobrar 900 euros al mes, el salario mínimo interprofesional que fijan los Presupuestos Generales del Estado pactados entre PSOE y Podemos para el año próximo, pero los más de los meses su nómina se mueve en la frontera del salario mínimo actual (735,9), rondando los 750 euros. En realidad, sus nóminas, porque Miriam es pluriempleada por imposición, «por mucho que ahora nos vendan como una moda que los jóvenes preferimos tener dos trabajos». Tiene 24 años y compagina su trabajo para la ONG con clases en una academia, para que a fuerza de sumar salarios las cuentas salgan. «Y no siempre salen».

Miriam es una de los casi 100.000 trabajadores de la provincia de Ciudad Real que trabajan en la frontera y por debajo del salario mínimo interprofesional. En el año 2016, a la espera de que la Agencia Tributaria actualice con las cifras del año pasado, eran más de 81.000 los trabajadores ciudadrealeños que apenas llegaban al SMI, cuatro de cada diez. Y vivir en una provincia como ésta, y también en la capital con ese salario es «muy complicado. Y eso pese a que, como reconoce Miriam, «Ciudad Real no es una ciudad excesivamente cara para vivir».

«Trabajo en una ONG, para la captación de socios, y cobro 300 euros por una jornada de tres horas», relata. Ese salario «tiene prorrateadas las pagas para alcanzar el mínimo, y tengo que sumar dos medias jornadas para poder cobrar un salario mínimo», asegura. Ese segundo empleo lo tiene en una academia, dando clases particulares, y sale de trabajar cuando atiende a La Tribuna para contar que, con el salario mínimo actual, «se me hace muy cuesta arriba llegar para pagar las facturas».

Está independizada, por lo que tiene que hacer malabares. «A mí me gustaría salir más, viajar, pero no puedo, tienes que renunciar y privarte de muchas cosas para poder llegar a fin de mes», dice, a pesar de que los dos empleos le hacen aspirar, algunos meses, al salario mínimo interprofesional que PSOE y Podemos quieren implantar para el año próximo. «Tampoco es que sea un salario para vivir muy dignamente conforme se ha encarecido todo, pero por lo menos es subir», reconoce. Lo que sí tiene claro es que el salario mínimo actual, 735,90 euros al mes, «no es suficiente, nos pretenden decir que con eso llega para vivir pero la realidad es que no es así».

De hecho, no entiende el debate generado en torno a la subida del salario mínimo interprofesional. «Hay sectores que no paran de decir que sería malo, que provocaría destrucción de empleo y que va a tener efectos negativos, pero la realidad es que no se trata de una cantidad muy elevada y que necesitamos mejorar para mejorar mínimamente nuestras condiciones de vida», asegura, un poco harta del discurso de la crisis. «Ya dijeron en su día que vivíamos por encima de nuestras posibilidades, y ahora quieren decir lo mismo con la subida del salario mínimo», finaliza.