Cuando los resultados no acompañan, la primera persona a la que se le señala con el dedo acusador es el entrenador, y casi siempre es la primera pieza en ser sacrificada. Durante una temporada es habitual asistir a destituciones, dimisiones o salidas «de mutuo acuerdo», expresión políticamente correcta que se usa cuando una parte le comunica a la otra su deseo de resolver el contrato, pero pactan anunciarlo del modo más digno para todos. Y en este curso, cuando apenas se ha cumplido un cuarto de competición, son ya cuatro las entidades que han ‘tirado por la calle de en medio’, sustituyendo a sus técnicos: At. Tomelloso, Mora, Guadalajara y Almagro (en este orden cronológico).   

Darío, Antonio Rueda, Javi Meléndez y Kiko Vilches son las cuatro primeras víctimas que se cobran las prisas que siempre acucian en el mundo del fútbol, no siempre justificadas. El primero en caer fue Darío, que era relevado en el Atlético Tomelloso en la quinta jornada, cuando su equipo tocaba fondo en la clasificación. Después de unas semanas de ‘tranquilidad’, tras la celebración de la novena jornada el sacrificado era Antonio Rueda en el Mora (los morachos ocupaban la posición 16), mientras que esta misma semana dejaban de sentarse en sus banquillos el técnico del Guadalajara (sexto, a un punto del play off), Javier Meléndez; y el del Almagro (penúltimo), Kiko Vilches.

Curiosamente, sea por convicción deportiva o por imperativo económico, los clubes que han optado por esta drástica decisión no han salido al mercado en busca de sustitutos de renombre o de amplio currículum, sino que han apostado por alternativas ‘de la casa’. Así, el Atlético Tomelloso le daba la responsabilidad a Julián Espinosa, entrenador de su equipo juvenil;el Mora ratificaba al que era preparador físico, Carlos Calzada; y el Guadalajara repescaba a Miguel López ‘Milolo’, formado en las categorías inferiores alcarreñas. Ahora falta por conocer quién es el elegido en el Almagro para suceder a Kiko Vilches.