Apenas restaba un minuto para el final y el Vestas Alarcos se disponía a realizar el último ataque en busca del empate contra un Cisne en doble inferioridad. Pero cuando Martín Molina asistía a un Manu Díaz, los colegiados, los andaluces García Vico y Sanmartín Almazán, anulaban la acción por infracción del extremo alarquista por, supuestamente, pisar fuera de la línea de banda con el fin de tener más distancia para iniciar su carrera. Una decisión que devolvía la posesión al conjunto pontevedrés, que aseguraba así la victoria por 28-27, y que provocaba el enfado mayúsculo de los manchegos.

Javier Márquez confesaba que es la primera vez que es testigo de una infracción como ésta, «injusta y de un rigor inexplicable». «La explicación que me dieron es que Manu Díaz estaba pisando la línea de banda cuando recibe el balón, algo que no tiene sentido porque sancionan la acción antes de que reciba el balón. Además, es una pista estrecha, sin espacio para coger carrerilla, y Manu Díaz no la hubiera necesitado ya que estaba solo», resume el entrenador del Alarcos, quien considera que los colegiado andaluces se equivocaron gravemente.

Pero al margen de esta última jugada, Javier Márquez huye de excusas y reconoce que su equipo dejó escapar una gran oportunidad de ganar un partido «que pudimos romper». «Hicimos unos minutos espectaculares, pero les dejamos meterse en el partido. Nos faltó instinto y madurez», asume.