Dos semanas en el infierno

Agencias
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La operación 'Margen Protector' se cobra más de 500 víctimas mortales en el bando palestino y una veintena de soldados israelíes han perdido la vida desde el inicio de la ofensiva terrestre

Dos semanas en el infierno - Foto: NIR ELIAS

 
 
Se cumplen hoy dos semanas de la puesta en marcha de la operación Margen Protector y el balance no puede ser más negro. Un total de 508 palestinos han muerto, 3.300 han resultado heridos y más de 200.000 han tenido que huir de sus hogares por los continuos ataques de Israel sobre la franja de Gaza.
Lo que comenzó como una ofensiva contra Hamas para vengar la muerte de tres jóvenes israelíes es ahora una auténtica contienda, en la que el Ejército hebreo combate por aire, mar y tierra contra los milicianos, que, lejos de amilanarse, prosiguen también con sus lanzamientos de cohetes sobre suelo vecino y también han causado una veintena de víctimas mortales en el bando rival.
Los combates se libran ahora prácticamente casa por casa y no hay señales de que vayan a concluir pronto, a pesar de la presión que intenta ejercer la comunidad internacional de que se firme una tregua.
De hecho, al menos 50 palestinos murieron ayer por la actuación de las Fuerzas Armadas israelíes, que atacaron varios objetivos, entre ellos el Hospital de Al Aqsa, en el centro del enclave árabe, donde impactaro dos proyectiles que acabaron con la vida de cuatro personas. El Gobierno que dirige Benjamin Netanyahu justificó esta operación al aseverar que Hamas utiliza centros sanitarios para ocultarse y almacenar armas.
En Rafah, en el sur de la región, murieron nueve miembros de una misma familia, entre ellos cuatro menores. Y un ataque aéreo contra una casa en la capital gazatí mató a ocho personas, la mitad de ellas niños.
Asimismo, un portavoz del Ministerio de Defensa israelí apuntó que 10 milicianos radicales fueron asesinados en un enfrentamiento cuando intentaban filtrarse en suelo hebreo a través de un túnel para perpetrar un ataque. 
Mientras tanto, las Brigadas Ezzedin al Qassam, brazo armado del movimiento de resistencia islámica, aseguraron que sus hombres habían matado a 10 militares judíos en combates, si bien desde el Ejército hebreo confirmaron la muerte de siete miliares, lo que eleva a 25 el número de uniformados fallecidos desde el inicio de la ofensiva terrestre en el enclave costero, el pasado jueves.
Asimismo, por primera vez en tres días, los palestinos atacaron la zona de Tel Aviv con cohetes. En el centro de la ciudad sonaron dos veces las sirenas de alarma y se oyeron explosiones ahogadas. El Ejército informó de que el sistema antiaéreo interceptó dos proyectiles.
Ante esta situación, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reunido de urgencia, exigió un alto el fuego para «proteger a los civiles y respetar el derecho internacional».
En este mismo sentido se pronunció el presidente de EEUU, Barack Obama, quien se mostró «seriamente preocupado por la creciente cifra de civiles muertos y por la pérdida de vidas humanas». En una comparecencia en la Casa Blanca, el mandatario afirmó que Israel tiene derecho a defenderse pero señaló que su Ejército ya infligió «importantes daños» a la infraestructura de la organización radical Hamas. 
«Nuestro principal objetivo y el de la comunidad internacional es un alto el fuego que ponga fin a los combates y a las muertes de civiles inocentes», agregó el dirigente estadounidense, sin entrar en mayores valoraciones sobre el papel de cada una de las partes. 
También el primer ministro británico, David Cameron, afirmó sentirse preocupado por el elevado número de víctimas en Gaza y apeló a la milicia radical a iniciar conversaciones para un alto el fuego con el Ejecutivo de Tel Aviv. 
 
Sin consenso. Por el momento no se avista un fin próximo de esta nueva ola de violencia y ataques. Netanyahu anunció la noche del pasado domingo que ampliaría la ofensiva en la franja y, un día después, el presidente palestino, Abu Mazen, y el líder de la facción radical, Jaled Meshaal, no consiguieron ponerse de acuerdo sobre los términos de una negociación para una tregua. 
Mazen intenta que Hamas, que controla Gaza, acepte el alto el fuego propuesto y mediado por Egipto. Sin embargo la milicia islamista rechaza la iniciativa de El Cairo y exige sus propias condiciones para el cese de hostilidades, entre ellas, que finalice el bloqueo en Gaza. 
El jefe del grupo en la franja, Ismail Haniya, afirmó, por su parte, que su partido aceptaría una tregua que incluyese el fin del bloqueo a Gaza. «Hoy Gaza decidió terminar el bloqueo con su sangre. No podemos volver a ese injusto bloqueo», señaló. «Es hora de poner fin al bloqueo y abrir los pasos (fronterizos) para que la gente de Gaza pueda vivir con dignidad», reclamó. 
Entre tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry -principal mediador internacional en los últimos acuerdos de alto el fuego entre Israel y Palestina-, viajaron a la región para abordar con altos cargos egipcios una posible solución al conflicto.